lunes, 6 de abril de 2009

La ciudad el infinito (Relato corto)


Esta es la historia de dos personas, una mujer maravillosa y un chico con ganas de hacer las cosas bien pero consciente de su facilidad para fallar cuando no debe, justamente en el momento más inoportuno. Se conocieron, se gustaron y los dos se hablaron de sus buenas intenciones. Su primera cita transcurrió sin ningún beso excepto los que se dieron con la mirada y tuvo lugar en un bonito bar llamado "La ciudad del infinito" y así, infinito, pactaron su amor y sus sentimientos. Probaron el amor verdadero, la entrega total mutua, llegaron los problemas y el trabajo y el "no hablar" les separó y rompieron. Pero el corazón les volvió a unir en poco tiempo. Ella había rehecho su vida, él la estaba deshaciendo sin ella. Pero dos personas que se quieren tanto no pueden estar separadas y él, muy pronto, se convirtió en su amante más fiel. Durante más de un año lleno de altibajos propios de la situación él seguía dándolo todo por ella. Ella luchaba cada noche contra sí misma para no volver a caer en los brazos de su destino. La situación llegó a tal punto para ella que ya no sabía si se equivocaba cuando estaba con su novio o cuando se dejaba llevar por sus sentimientos y volvía a los labios de su amante. Justo al final, cuando casi habían transcurrido dos años, ella decidió decantarse por el hombre al que pertenecía su corazón: su amante. Cuando nada parecía separarlos ya, apareció un pasado oculto al que nadie había invitado a la fiesta y que, definitivamente, arrancó de los brazos del amante a su eterna mujer amada. Tantos esfuerzos se vieron convertidos en ceniza y al amante se lo llevó el viento.

El amante solitario siguió viviendo por costumbre, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido, y ella se fue lejos al lugar donde habita el olvido. (Frase dedicada a Sabina). Pasó el tiempo y el invierno frío y solitario se fundió en un verano sin sentido donde él no pudo sentir su calor. Un día, se levantó por la mañana y advirtió que el sol lucía brillante. Un mensaje en su teléfono ´hizo latir su corazón de nuevo. Ella: "Te esperaré esta tarde a las cinco y media en "La ciudad del infinito", el lugar de nuestra primera cita. Si aún te queda algo de aquéllo que hubo y quieres algo de mi, acude a esa hora". La verdad es que él no podía creer tanta felicidad. Se vistió con su mejor camisa, se calzó unas botas nuevas negras y relucientes, y se perfumó como nunca. Caminó deprisa, atravesando la plaza de los sitios y llegó raudo y veloz, impaciente, a la calle donde estaba el bar. Todo parecía estar igual. Atravesó la puerta de la cafetería. Algunos muebles estaban cambiados de sitio pero pronto divisó, al fondo, aquél rincón de la primera cita. Pidió un cortado y se sentó a esperar. Eran justo las cinco y media. El camarero le sirvió el café. Él vertió el azúcar en el líquido resucitador y pronto advirtió que la mesa estaba llena de pañuelos arrugados como de alguien que había estado llorando. Por la emoción no lo había notado antes pero en su misma mesa había un vaso de tubo con un poquito de Nestea en el fondo, sin acabar. Levantó la vista al servilletero. Advirtió que todas las servilletas tenían el nombre del bar, pero alguien había tachado con bolígrafo una palabra sustituyéndola por otra. "La ciudad del pasado". "Infinito" había sido tachado y sustituído por "pasado"... y la letra era la de ella, la reconocería en cualquier lugar. Todavía guardaba una libreta entera escrita por ella. Apresurándose llamó a su teléfono móvil y una voz le respondió: "El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura en este momento". Habían pasado diez minutos desde que él llegó al bar, nada tenía sentido. Se puso nervioso y llamó al camarero preguntándole la hora. "Sí, son las seis menos veinte, caballero...eh, no, disculpe, son las siete menos veinte...esta noche había que adelantar la hora y este reloj todavía no lo había adelantado."

"El teléfono móvil al que llama está apagado o fuera de cobertura ... para siempre". Así "La ciudad del infinito" pasó a ser "La ciudad del pasado". De amor infinito a amor pasado.

Esta historia va dedicada a todos los lazos de un amor verdadero que han sido rotos por un tonto malentendido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amargo, duro relato. Como la vida misma.

Vivian dijo...

Soy de la opinión de que, al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, y de que, el recuerdo tiende a idealizar, si una relación acabó mal, aunque las circunstancias cambien, las personas no, y volverá a tener el mismo final con la excusa de otros motivos.
Me gustó este relato, destila sentimiento y verdad.

Un beso

P.D: Escribes a un ritmo que me costará un poco ponerme al día, y además me marcho de vacaciones, pero espero poder remediarlo cuando vuelva.

Marcos Callau dijo...

Amargo y duro, me ha gustado eso 39escalones, suena a Humphrey. Vivian, lo remediaremos... es fácil ponerse al día pero creo que mi vida cambia a ritmo vertiginoso.