Lluvia caliente sobre tu espalda
nacida de tu cuerpo, resbalando por tu piel;
bendita anatomía, sin embargo,
de una noche fugaz.
He visto a Ava Gardner en el cine de mi barrio
y juro que, aunque estoy en el siglo XXI,
no lo he soñado.
Su voz, su mirada, sus labios-luz de neón
y su manera de caminar
resultaron igual de inalcanzables
hoy que ayer.
He visto a Ava Gardner en el cine de mi barrio
y esta vez, fuiste tú.
Ahora que la luna se diluye
de igual manera
que mi hielo en tu boca
(tundra helada ante el infierno)
quisiera probar a empaparme de ti,
pero es imposible
pues siempre se sentará el vacío
en la butaca de al lado.
Y una vez más me acomodaré,
en la soledad incógnita y tranquila,
para comprobar con una lágrima de ron
que el alcohol y el olvido
son agua y aceite.
La solución, de momento,
es hacer de la escritura
una pintura abstracta aproximada
que te hable por todo aquello que mi voz
nunca se atrevió a confesar.
The Killers (Robert Siodmak. 1946) es una de las películas que goza de mejor galería fotográfica. Es una auténtica delicia visual. Disfrutemos.