
Sinceramente, ya sé que esta entrada no casa para nada con la temática habitual de este blog pero no he podido evitarlo y me siento con el deber de escribir algo. El día once de julio fue uno de esos días que no olvidaré mientras viva, una noche mágica en la que se hizo realidad un sueño muy antiguo. Recuerdo a mi abuelo, contándome las hazañas de Carlos Lapetra, de Gento y Di Stéfano, de una selección española que jugaba bien pero siempre fallaba en los momentos importantes de un mundial. Recuerdo cómo le gustaba el fútbol, de qué forma tan pasional lo vivía. Incluso la temporada que pasó trabajando en Buenos Aires se hizo aficionado al River Plate y acudía a los partidos. Recuerdo todo eso y pienso cómo hubiera reaccionado si hubiera visto a España proclamarse campeona del mundo. Por eso, quiero dedicarle a él todo lo que ayer sentí y las lágrimas de alegría que me hicieron derramar. Ayer Andrés Iniesta, con esa bota prodigiosa, cumplió un sueño muy antiguo que llevábamos soñando demasiado tiempo. Pero no sólo quiero destacar que España fue campeona. Más bien quiero decir cómo fue campeona. Nuestros chavales respondieron a la violencia, a la falta de ideas, a la dureza y al juego nulo de los holandeses con clase, toque, velocidad, con un fútbol sensacional y con una lección de cómo comportarse en el terreno de juego. La selección española jugó como los ángeles (todo el mundial) y fue la única merecedora del título. Por otro lado, Andrés Iniesta es el prototipo de todo un caballero fuera y dentro del campo, un muchacho de una calidad humana increíble. Marcó el gol que nos hizo campeones y además se lo dedicó al tristemente desaparecido Jarque. En la entrevista, justo después del partido, Andrés rompió a llorar y todos con él. Así es nuestro fútbol. Por todos los que soñaron con ver a España campeona del mundo y se fueron sin poder ver su sueño hecho realidad, por todos ellos va este triunfo. Recordaremos siempre este día.
MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS JUGADORES DE LA SELECCIÓN ESPAÑOLA POR CUMPLIR UN SUEÑO

y ahora sí, volvemos al cine...