
Antes de comenzar con esta película informaré a los lectores que el día 23 de febrero a las 18:00 tendrá lugar en la FNAC Zaragoza de Plaza España la segunda sesión de "libros filmados" con la proyección de "Farenheit 451" de Truffaut. Tras la proyección tendremos la habitual charla-coloquio con Alfredo Moreno. Asistir a este encuentro con el cine es un auténtico placer ya que de la mano de Alfredo se llegan a conocer muchos detalles de la película y de su historia que, de otra forma, se hubieran pasado por alto. Así que no lo duden y acudan a la FNAC el día 23, no se arrepentirán. El mes pasado tuvímos la oportunidad de ver "Smoke" de Wayne Wang y al volver de la FNAC escribí esto:
Acabo de llegar de la FNAC todavía con el buen sabor de haber visto una buena película y haber asistido después a un interesantísimo coloquio. Antes de empezar me gustaría invitar a cada uno de los lectores a acudir a la próxima cita de "libros filmados" que será en febrero, en la FNAC Zaragoza de Plaza España. Allí, otra vez junto a Alfredo Moreno, veremos "Farenheit 451" de Truffaut. Cuando sepamos la fecha exacta la daremos. En cuanto a "Smoke" he de decir que me ha encantado encontrarme con una película tan brillante. Brillante por el concienzudo guión de Paul Auster y todos esos personajes creados para la ocasión. Brillante por la dirección de Wayne Wang con esos planos que van acortándose a medida que avanza la película. Brillante por la historia de cada personaje y todos sus finales "abiertos" que dejan al espectador imaginar su propio final. La película termina con un bonito final que deja un buen sabor de boca. Pero, en mi opinión, esta sensación viene provocada porque el espectador es testigo de detalles humanos y generosos por parte de los distintos personajes y no por el final. El final puede ser creíble o no dependiendo del espectador pero la película al fin y al cabo gusta porque es como la vida misma. Es realista y nos cuenta historias reales de personajes reales que se enlazan entre sí para llegar a la conclusión final de que algunas veces merece la pena ser generoso o hacer algo por alguien. El final sin palabras, con música, y las imagenes en blanco y negro es un detalle que se me quedó en la retina para siempre porque con los gestos los dos personajes que la protagonizan ya lo dicen todo. Es la vuelta al cine de verdad. El papel de Harvey Keitel, como el protagonista real, representa a la figura que enlaza las vidas de todos los personajes en su humilde estanco de barrio y el que finalmente termina la historia con una actuación magistral. Pero aquí todos los actores brillan por sí solos. William Hurt como escritor que hace las veces de padre para el joven Harold Pirrineau Jr está genial. Forest Whitaker, Stockard Channing, y Ashley Judd completan un interesante elenco de buenas actuaciones que conforman otra pequña joya escondida de los años noventa.
Aquí vemos la escena final tras el cuento de Navidad contado por Auggie (Harvey Keitel). ¿Real o no?