_NRFPT_01.jpg)
Hoy la tarde en Zaragoza estaba hecha para pasear. Después de caminar varias horas por el casco antiguo y habitar en variados Cafés de la zona, sin darme cuenta, llegué a la noche y en el cielo se extendió una enorme luna llena y amarillenta rodeada por un nebuloso halo de misterio. La noche una vez más invitaba al blanco y negro, al misterio, a relato novelesco y...en definitiva, invitaba a Orson Welles. Elegí "Jane Eyre", de 1944.
De los entresijos ocurridos durante los rodajes de estas películas clásicas conozco algunos turbulentos pasajes de la historia del cine que normalmente corresponden a mis actores favoritos (Frank Sinatra, Ava Gardner, Humphrey Bogart, Cary Grant...). En cuanto al resto de las películas, muy a mi pesar, soy un perfecto ignorante de las circunstancias que acontecieron durante el rodaje. Cuando llego a una película tan impactante como la versión que en 1944 rodó Robert Stevenson sobre la obra "Jane Eyre" de Charlotte Brontë (1847) me pregunto simplemente cómo Orson Welles no está reflejado como el director de la misma. La respuesta, probablemente, está en que formó parte del equipo de producción. Productores a parte la mano maestra o "toque mágico" de Orson Welles se intuye desde la primera escena de la película hasta el fotograma final, pasando por la impresionante primera aparición de Sir Edward Rochester montando a caballo en la niebla (puro Welles). En mi opinión es una gran adaptación de la novela de Brontë en donde se rescata a la perfección todo el ambiente del que la escritora de Yorkshire quiso impregnar su obra. No es necesario decir que el blanco y negro es el único y perfecto formato bajo el cual imagino una adaptación semejante. Esta obra, en color no hubiera resultado ni la mitad de misteriosa.
---Joan-Fontaine-732923.jpg)
La película transcurre sobre un fondo de escenarios tétricos, fantasmales con inconfundibles influencias del expresionismo alemán y de "Rebecca", la obra que rodó en 1940 Alfred Hitchcock. Hay muchas similitudes con la película de Hitchcock, como las hay también entre las dos novelas. Parece que Daphne du Maurier inspiró su Manderley de Rebecca (1938) en el Thornfield de Jane Eyre y ésta similitud también es notable en ambas películas. Pero sigamos con "Jane Eyre", película. La historia nos sumerge de lleno en la desdichada infancia de Jane Eyre junto a la despiadada señora Reed protagonizada por Agnes Moorehead (Endora en "Embrujada"). Durante la despiadada etapa de Jane en el internado conocerá a la única amiga de su infancia que es un pequeño papel interpretado por una niña llamada Elizabeth Taylor. Más tarde, en la juventud, Jane Eyre está protagonizada por Joan Fontaine en uno de sus papeles más redondos de su carrera después de haber triunfado ya con "Rebecca". Jane Eyre se presenta para ocupar el cargo de institutriz en Thornfield, el castillo de un hombre inmensamente poderoso llamado Sir Edward Rochester (Orson Welles). A partir de ahí la película toma el giro romántico esperado salpicado por una gran dosis de lúgubre misterio que resulta perfecta. El inmenso papel de Orson Welles, caminando entre las ruinas de los aledaños de Thornfield, es uno de las interpretaciones que más me han emocionado. Su rostro de piedra, iluminado en luces y sombras, a penas pestañea mientras transcurren los largos primeros planos entre él y Joan Fontaine. Bajo mi opinión es un papel insuperable, teatral, propio de un genio.
Ahora veamos la impresionante aparición de Orson Welles en la niebla: