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lunes, 27 de junio de 2011

Pequeñas-grandes joyas del cine español: El crack (José Luis Garci. 1981) Alfredo Landa se recicla

Alfredo Landa como el detective Germán Areta. Fotograma de la película
Después de disfrutar de unos días desconectado del mundo virtual en una ciudad majestuosamente antigua he decidido volver a la blogosfera para hablar de una película que vi por primera vez justo antes de este miniperiodo vacacional. Un buen motivo para zafarse del infierno que nos acosa en todas y cada una de nuestras calles es sin duda disfrutar de una deliciosa tarde de sofá y buen cine. El crack, de José Luis Garci me parece una más que recomendable opción.
Germán Areta (Alfredo Landa) y El moro (Miguel Arrellán)
 Año 1981. Este que escribe nacía en ese mismo año así que no pudo vivir por experiencia propia el ambiente del Madrid de los años ochenta que muestra Garci y fotografía excelentemente Manuel Rojas. El comienzo, como toda buena película policíaca, es muy rápido y nos presenta al detective Germán Areta (Alfredo Landa) volviendo a casa por las calles nocturnas madrileñas en su Simca 1000, después de lo que suponemos una dura jornada de investigación. Con una rápida y contundente escena llena de tensión, en dos pinceladas, el espectador llega a conocer perfectamente la personalidad de Areta. Esta escena sucede en lo que parece un pequeño bar de carretera. Areta se encuentra allí cenando en una mesa que hay al fondo del local cuando irrumpen en él dos atracadores y amenazando al camarero con una navaja, se hacen con la recaudación de la caja. Acto seguido uno de los ladrones irá requisando una a una todas las carteras de los pocos clientes que a esa hora ocupaban el bar hasta que llega el turno del detective. Hasta ese momento Areta había seguido disfrutando de su cena mientras se producía el atraco, observándolo todo con tranquilidad y sin preocupación. Pero cuando uno de los atracadores se dirige a su mesa, Areta desenfunda su pistola y se hace con el control total de la situación. Recupera la recaudación de la caja y las carteras robadas a los clientes pero, en lugar de llamar a la policía, deja que los rateros se larguen. Cuando los atracadores se han marchado Areta pide el postre.
 Con esta escena que bien pudiera ser también de un típico western, Garci nos presenta a su personaje Germán Areta como un hombre que solo trabaja por dinero y que intenta pasar desapercibido,  sin meter las narices en los asuntos que no le encargan. De esta manera tan insólita, Alfredo Landa se muestra ante el público con un papel muy diferente a los que hasta entonces había interpretado y el personaje de Germán Areta representa así un punto de inflexión en su filmografía en la cual, posteriormente, veremos películas tan duras como Los santos inocentes, Sinatra o tan dispares como Por fin solos o Historia de un beso.
 En El crack los servicios de Germán Areta son solicitados por un padre que quiere encontrar a su hija antes de morir. Germán y El moro (Miguel Rellán) , su ayudante, comenzarán así a adentrarse en una historia muy confusa, repleta de silencios, un oscuro túnel en el que ninguna pista arroja un tímido atisbo de luz. Sin embargo Germán pronto advertirá el gran número de intereses que se despiertan a su alrededor para que abandone el caso, incluídos algunos de sus antiguos compañeros de la policía. En este momento la historia recuerda vagamente a El sueño eterno para dar paso después a un giro inesperado que la conectará directamente con Los sobornados de Fritz Lang.

 Con esta incursión en el cine negro, Garci homenajea a Dashiell Hammett y nos muestra una trama que bien pudiera estar diseñada para su personaje Sam Spade. La historia de Garci y Valcárcel, además, nos muestra el Madrid de los años ochenta, la espléndida Gran Vía llena de luces de neón conectada abiertamente, al final de la película, con Times Square de Nueva York, lugar donde se desenlaza toda la historia. El crack gozó de cierto éxito, tanto es así que Garci decidió realizar una continuación con El crack II, pero lo más destacable de esta película, sin duda, es la reconversión y recuperación de Alfredo Landa para el cine español. El crack ha sido para mí una grata sorpresa.


La Gran Vía madrileña en El crack

domingo, 4 de julio de 2010

Pequeñas joyas del cine español: "Ninette y un señor de Murcia" (Fernando Fernán Gómez. 1965)


Pues sí amigos, ya casi había olvidado el infierno de julio en Zaragoza pero hoy ha caído sobre mí como una plancha de plomo ardiendo en un día extremadamente caluroso. El calor de Paris que he podido conocer estos días, a pesar de ser intenso, no es comparable al zaragozano y además la temperatura descendía notablemente al atardecer, cuando el cielo parisino solía nublarse. Una de las madrugadas que pasé en esa inmensa ciudad hubo una tormenta muy fuerte lo que provocó que el ambiente se refrescara al día siguiente y la estancia en Paris fuera en definitiva muy agradable en lo que al clima se refiere. Por lo demás, aún estoy con la resaca por la cantidad de maravillas que mis ojos han visto y que contaré poco a poco. De momento me parece muy apropiado, para la vuelta al mundo virtual, hablar de "Ninette y un señor de Murcia", película en la que el pobre Fernando Fernán Gómez hace todo lo contrario a lo que yo hice en Paris, quedarse todos los días encerrado en la pensión donde había alquilado una habitación. "Ninette y un señor de Murcia" es una espléndida adaptación cinematográfica de la homónima obra que Miguel Mihura estrenó en 1964. Miguel Mihura, que ya tenía en su currículo obras tan espléndidas como "Tres sombreros de copa" o "Maribel y la extraña familia", consigue con esta obra una estupenda crítica de la sociedad franquista española y la ausencia de libertad a través de la figura de Andrés (Fernando Fernán Gómez, en la película), un murciano que escapa a Paris en busca de una aventura de esas que en España estaban prohibidísimas. Fernando Fernán Gómez la llevó como director y protagonista a la gran pantalla con un acierto similar al de Mihura, con sobrada inteligencia para burlar la censura española que por aquella época solía mutilar las obras cinematográficas y teatrales. Andrés, como dije, viaja a Paris en busca de una aventura y de esa libertad que a priori disfrutaban en Francia y que en España casi ni se soñaba. En Paris contacta con su amigo Armando (Alfredo Landa) quien le consigue una habitación en una casa que regenta un matrimonio comunista exiliado de la guerra civil. Allí conocerá a la hija parisina del matrimonio español llamada Ninette (Rosenda Monteros) de la que se enamora perdidamente. En la primera escena Ninette invita abiertamente a Andrés a "hacer el amor" y acto seguido Andrés la coge en brazos entrando a la habitación y cerrando la puerta. Teniendo en cuenta que estamos en 1965 y en España, esto es tremendo. Imagino que a los censores se les pasó esta película.

En definitiva Andrés no sale de la habitación ninguno de los días que está en Paris poniendo cada vez una excusa distinta y con el consiguiente mosqueo de su amigo Armando que, interpretado por un Alfredo Landa en estado de gracia y contando con unos diálogos geniales, no para de provocar la risa en el espectador. Por otra parte en la figura de Andrés, encerrado en esas cuatro paredes sin poder salir a ver Paris, podemos ver al español que en aquella época estaba encerrado en España privado totalmente de toda libertad. Además Andrés y Armando con sus diálogos no dejan de nombrar Place Pigall y Mouline Rouge, las zona de turismo sexual de Paris por excelencia. Los padres de Ninette están interpretados por Aurora Redondo y Rafael López Somoza, también de muy acertada elección. Éstos montarán en cólera cuando se enteran de que Ninette espera un niño de Andrés. Estamos sin lugar a dudas ante una de las mejores comedias del cine y el teatro español en mi opinión. Fernando Fernán Gómez y Alfredo Landa llevan todo el peso de esta comedia con unas interpretaciones magistrales y yo, la verdad, nunca me canso de verla y reírme con ella.

Más tarde, en 1984, se creó la serie para la televisión con Juanjo Menéndez en el papel protagonista repitiendo Alfredo Landa el papel de Armando y Victoria Vera como Ninette pero ya no fue lo mismo. Después vino la película de Garci que aún no he visto.

Bien, tras volver de esta manera tan cinematográfica de Paris les dejo con una de las fotografías de este viaje que, les puedo asegurar, nada tuvo que ver con el del murciano Andrés. En l rpimera fotografía vemos la Torre Eiffel, los Campos Elíseos y la Torre Montparnasse desde lo alto del Arco de Triunfo. En la segunda fotografía, la inmensa Sacre Coeur de Montmartre, el barrio más bohemio y que más me cautivó de todo Paris.

jueves, 3 de junio de 2010

Nueva edición de "Libros filmados", lunes siete de junio; 39escalones en la FNAC Zaragoza: "Los santos inocentes" (Camus-Delibes)


Una vez más estamos de enhorabuena y es que el próximo lunes vuelve el ciclo "libros filmados" patrocinado por la Asociación Aragonesa de Escritores presentado y comentado por Alfredo Moreno con la colaboración de Miguel Ángel Yusta. Esta vez veremos y comentaremos la película "Los santos inocentes" dirigida por Mario Camus a partir de la obra de Miguel Delibes. La verdad es que, después de haber disfrutado de "La Colmena", apetece volver con otra película de Camus.

No se olviden, lunes siete de junio en la FNAC de Plaza España, Zaragoza. A las 18:00 la proyección y a las 20:00 el coloquio.