jueves, 29 de diciembre de 2011

Ignorancia


Estaré en mi hogar,
voy camino a casa.


Las palabras resuenan en mi memoria
como un deber.

Sin embargo, hay quien dice
que, al final, el destino
se desdibuja como se borran las promesas;
y entonces la palabra,
errante como el paso,
sería solo el método de permanecer:
esto es, pura nesciencia.


Porque el hogar no existe
sino el nómada eterno
y ese gran monstruo,
reloj megalodáctilo,
siempre acechando detrás de su presa.

What are you doing New Year's eve? (Ella Fitzgerald)

lunes, 26 de diciembre de 2011

La campana de don Jacinto (Relato)


            Extraviado en su propia época se encontraba don Jacinto y según él mismo consideraba, esa era la manera más cruel de estar perdido. Su trabajo también parecía de otro tiempo. Don Jacinto ayudaba al cura de San Miguel durante los oficios religiosos; abría, cerraba y mantenía en orden las dependencias eclesiásticas. Y su obsesión era el campanario de dicha iglesia. En otros tiempos, esa torre mudéjar albergaba la campana de los perdidos que se hacía sonar en las noches de niebla más densa para que los campesinos supieran llegar a la ciudad. Pero aquella legendaria campana, haciendo honor a su nombre, también se perdió y actualmente, en su lugar, don Jacinto es el encargado de accionar un botón para que, desde un campanario vacío, suene la grabación de un alegre repicar cada vez que va a dar comienzo la misa. Cualquier tiempo pasado hubiera sido más agradable para don Jacinto que, a pesar de haber perdido ya toda su fe, en el interior de esa antigua iglesia era donde mejor se encontraba ya que el edificio parecía aislarlo por completo del frenético ritmo que había tomado el mundo, en pleno siglo veintiuno.

Pero extraña fue una noche, silenciosa como ninguna, en la que don Jacinto no podía conciliar el sueño. Desde su humilde habitación alquilada siempre veía la torre de San Miguel pero en aquella madrugada la densa niebla parecía habérsela engullido para siempre. Y fue entonces cuando don Jacinto cayó dormido, o simplemente soñó despierto, que la vieja campana de los perdidos volvió a sonar, pesadamente desde la incógnita, como si la noche hubiera desplazado para siempre al mundo.

A la mañana siguiente, los periódicos locales hablaban de un extraño suceso en el campanario de San Miguel donde, desde el vacío de su torreón, parecía haber sonado una antigua campana. Y así fue, en realidad, que la gran campana regresó de alguna época sumida en la niebla y volvió a tocar, por última vez, para que aquel hombre perdido encontrara el camino hacia su tiempo ideal. Don Jacinto nunca más volvió a trabajar en San Miguel, al menos no en la actualidad, donde fue declarada para siempre su extraña desaparición.

sábado, 24 de diciembre de 2011

A Christmas carol & The Christmas Song

Michael Caine como Scrooge, en Una Navidad con los muppets
-¡No sé qué hacer!- exclamó Scrooge, riendo y llorando a la vez y convirtiéndose con sus medias en un perfecto Laoconte-. Me siento tan ligero como una pluma, tan dichoso como un ángel, tan feliz como un colegial y estoy tan mareado como un borracho. ¡Feliz Navidad a todos! ¡Feliz Año nuevo al mundo entero! 

*******

-"¡Feliz Navidad, Bob! -dijo Scrooge con sinceridad inequívoca, mientras le daba una palmada en la espalda-. ¡Que sean más felices, Bob, amigo mío, que las que te deseé hace muchísimo saños! ¡Te subiré el sueldo, intentaré ayudar a tu esforzada familia, y comentaremos tus problemas esta misma tarde, mientras nos tomamos un buen ponche de Navidad, Bob! ¡Y antes de poner más puntos sobre las íes, enciende la chimenea y compra otro cubo para el carbón!" Scrooge fue más allá de su palabra, lo cumplió todo e hizo mucho más: fue un segundo padre para Tiny Tim, que no se murió. Se hizo tan buen amigo, tan buen amo, tan buena persona, como nunca hubo conocido la vieja ciudad o ninguna otra, ni siquiera un pueblo o barrio de este viejo mundo.

(Fragmento de A Christmas carol in prose, being a Ghost Story of Christmas, de Charles Dickens)

Y ahora, un poquito de música:

The Christmas Song es el título de una de las canciones más representativas de este tiempo. Aunque se considera única la versión de Nat King Cole, el compositor de esta maravilla fue Mel Tormé, en 1944. Con las dos versiones, de Cole y del compositor, les deseo unos felices días.

Nat King Cole:

Melk Tormé:


The Christmas Song (Traducción)

Avellanas asándose en el fuego
Jack Frost helando tu nariz
Cuentos de Navidad cantados por un coro
y amigos vestidos como esquimales

Todo el mundo sabe que un pavo y algo de muérdago
ayudarán a gacer brillar estos días
Los más pequeños, con sus ojos chispeantes,
encontrarán dificultades para dormir esta noche.

Ellos saben que Santa está en camino
Ha cargado un montón de juguetes en su trineo
Y sus madres espiarán
para comprobar si los renos, realmente, saben cómo volar

Yo ofrezco esta simple frase
a todos los niños, desde uno hasta noventa y dos (años),
Aunque se ha dicho muchas veces y de muchas maneras
Feliz Navidad para vosotros


Y ahora, otro clásico:

Have yourself a merry little Christmas (Kenny G)


martes, 20 de diciembre de 2011

Un par de microrrelatos

Gaudí

Bajo el tranvía yacían las ropas harapientas de un mendigo y quebrado en el suelo, su cuerpo inerte. La muchedumbre que se acercó hasta el lugar del accidente emitió todo tipo de comentarios pero, lamentablemente, nadie advirtió que la catedral más hermosa de aquella ciudad quedaría para siempre incompleta.



Sucesos marítimos

El capitán del barco estaba muy contrariado. Ni se encontraban en el triángulo de las Bermudas, ni en esa zona del océano había acontecido nunca suceso extraño alguno, pero lo cierto era que una barrera invisible les impedía seguir avanzando. Afortunadamente, al niño que observaba la escena se le cayó la botella y el barquito, finalmente, quedó libre para seguir tranquilamente su travesía.



Este último micro ("Sucesos marítimos") lo escribí después de leer El planeta encerrado de Roberto Malo.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Canción protesta/ El blues del domingo de apertura

Bien sé yo que no pretendo hacer publicidad...

Es domingo y los centros comerciales han permanecido abiertos. Creo que actualmente hay muchas razones para protestar pero, sin embargo, nadie parece querer cantar. Acabo de regresar a casa. Esta tarde he podido comprobar, en mis carnes, la soledad acompañada en la entrada de un centro comercial abarrotado, un domingo cualquiera. Además se comenta la posibilidad de que, al año que viene en Madrid, los centros comerciales abran al público las 24 horas del día. ¡Por fin, el señor Matute va a poder comprarse un traje de Emidio Tucci a las cuatro de la mañana! Y eso que nos quieren contentar diciendo que van a generar 20.000 puestos de trabajo (¿alguien se lo cree?) Para colmo, mientras soportaba mi jornada domínico-laboral, un cliente se ha acercado hasta mi puesto y me ha preguntado cuál era la hora de cierre. Yo le he respondido, muy amable, que se cerraba a las nueve. Y el cliente me ha preguntado que... ¡si me refería a las nueve de la noche!
¡Como lo oye, oiga!
Bueno, pues ante tanta buena noticia, uno no ha podido menos que componer "esta broma" que se titula "Blues del domingo de apertura" o "Openin' sunday blues" (¿por qué suena siempre mejor en Inglés?)

Openin' sunday blues


Es domingo por la tarde
y no quiero trabajar.
Las familias en las calles
abarrotan la ciudad.
Buscan algo que comprar,
regalos para navidad.
Me pregunto dónde está
la crisis en esta "suciedad".


Creo que sufren solo los de siempre
y engoradan más y más
los gordos hasta reventar.
Sienten frío, sienten hambre,
se mueren de soledad
solo los mendigos
que vomita esta sociedad.


¡Qué domingo por la tarde!,
¡abrió el centro comercial!
Ha perdido el Zaragoza
mas no lo pude escuchar.
Me ha tocado trabajar,
me ha tocado olvidar,
que estos días ya no son
solo para descansar.


Domingos de apertura,
triste realidad.
Puntos de sutura
solo para disimular.
La herida sigue abierta,
ya no me paro a pensar
los que al final de mes
no saben cómo llegar.


Domingos de apertura,
tristeza en la ciudad.
Puntos de sutura
que no paran de sangrar.
La última conjetura
es que no quieren cerrar
ni de noche,
ni de día,
¡ni dios
que se detenga a respirar!

Desde luego prefería el domingo en Nueva York que nos cantaba Bobby Darin. ¿Recuerdan qué maravillosa comedia la de "Sunday in New york", con Jane Fonda y Rod Taylor?

sábado, 17 de diciembre de 2011

Antonio López en Bilbao



Tanto "Madrid desde Torres blancas" como "Madrid Sur" ofrecen una visión insólita de la ciudad

Antonio López, nacido en Tomelloso (Ciudad Real. 1936) ha creado durante su trayectoria una obra atemporal, centrada en la representación realista de los seres, los objetos y el paisaje urbano que le rodea con gran maestría y casi siempre, prescindiendo del boceto. Pero el realismo de Antonio no es el del mundo real, si no el de un universo propio, llegando desde su experiencia, ofreciendo una realidad alternativa y en numerosas ocasiones injusta, alejándose de la realidad convencional, como muestra en estas dos visiones de Madrid que encabezan la entrada. Incluso su conocida Gran Vía es más cercana a la ciudad dormida que el fotógrafo Christopher Thomas nos ofrece sobre Nueva York, que a la avenida convencional, repleta de esa muchedumbre consumista a la que ya estamos demasiado acostumbrados y de la que alguna vez también hemos formado parte. La ciudad es un paisaje sufriente y Antonio López sobrevuela por encima como un demonio o un ángel que quiere dejar atrás el pasado, bueno o malo, para redescubrir otro tipo de realidad donde todavía quedan ideas para inventar. Su particular uso de la luz, su elaboración meditada (pinturas que solo tras diez años de trabajo están terminadas o algunas, incluso, que nunca lo estarán) o sus perfectas esculturas en bronce y tallas de madera realizadas tan solo como apoyo al dibujo, nos revelan que efectivamente estamos ante uno de los últimos genios del arte contemporáneo.

Una exposición que repasa la selección de algunos de sus trabajos, 130 en total, se puede contemplar en el Museo de Bellas Artes de Bilbao (Museo Plaza, 2) , hasta el 22 de enero. Completa la exposición la escultura en bronce Carmen despierta situada en la mismísima Gran Vía de Bilbao.  Esperemos que esta muestra, que se puso en marcha hace unos meses en el Reina Sofía de Madrid, podamos disfrutarla también en otras partes de España.
Atocha
Carmen despierta
Como Kinezoe mantiene es su blog la sección Este cuadro me suena y a mí no se me ha ocurrido ninguna canción para incluir en esta entrada, desde aquí le invito a dotar de música uno de los cuadros que aparecen de Antonio López.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cerrado por invierno




Son las siete de la mañana
en las cárceles mojadas de invierno.
Cortinas de niebla son tus ojos
derramándose como telones harapientos
de un viejo teatro olvidado
y escenas sucesivas
que debieron ser borradas,
nunca repetidas ni ensayadas;
paisajes todos que debieron ser filmados
sobre caducos celuloides
para que el tiempo también
los hiciera desaparecer.


Sobre estas baldosas,
los últimos cigarrillos
y las persecuciones que nunca terminan
en las vastas extensiones del insomnio,
parecen solo un segundo
en la simple esfera del reloj
donde tu rostro siempre es joven
y tu sonrisa inagotable.


Son las siete de la mañana
por las calles empapadas de invierno
y un mendigo arregla su cama improvisada
en el interior eléctrico de un cajero.
Si este héroe consigue dormnir aquí
mañana, al despertar, le preguntaré
qué opina él del tiempo,
de las esferas en los relojes,
de las sonrisas que no caducan
y de la libertad
en este mundo extraño.


Solo son las siete de una mañana esfumada,
cerrada por invierno.



La canción que suena en la cabecera del texto se titula Serenity y  está compuesta e interpretada por el saxofonista recientemente desaparecido, Clarence Clemons

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Como humo de tabaco


Has corregido el suave matiz
que la madrugada
perfila en mi soledad
y el perfume de tragedia, azabache,
que habita en tu cabello.
Has despistado
el blanco frío de tus manos, ateridas,
y las heridas que rodean tu corazón.

Enciendes otro cigarrillo,
por teléfono,
y envías tus señales de humo
para que las reciba, una noche más,
el revólver sin balas
en la recámara de mi voz.

Otra vez el mismo sueño,
tu mismo aroma,
y ese bosque inequívoco y urbano
repleto de cariátides
que llevan tu rostro.


Amanecerá, seguramente,
lejos de aquí,
en alguna playa
de agua esmeralda.

Smoke dreams (K. D. Lang)


My last cigarrette (K. D. Lang)


Estas dos canciones que se pueden escuchar después del poema son de K. D. Lang y pertenecen a su álbum titulado Drag en el que todos los temas están dedicados a la adicción al tabaco.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Los Secretos en el Principal

Ramón Arroyo, Santi Fernández, Jesús Redondo, Juanjo Ramos y Álvaro Urquijo

Trenes perdidos:


El pasado 17 de noviembre se cumplieron doce años de la muerte de Enrique Urquijo pero, cada vez que Los Secretos se suben a un escenario, en algún lugar vuelve a resonar la inolvidable voz del autor de temas tan históricos como Déjame, Ojos de perdida o Quiero beber hasta perder el control. Justo el día anterior, el pasado 16 de noviembre, Los secretos presentaron su nuevo álbum titulado En este mundo raro cuyo título ya nos remite inevitablemente al trabajo que Enrique Urquijo publicó con Los Problemas, y que precisamente se titulaba Un mundo raro. El concierto, que tuvo lugar en el Teatro Principal de Zaragoza, nos dió la oportunidad de comprobar que este grupo no ha perdido nunca su identidad, que sigue siendo el mejor exponente del Rock-country en nuestro país y que sigue siendo fiel a las primeras influencias de Jackson Browne, los Eagles o Neil Young. Porque, aunque en el documento de identidad de los hermanos Urquijo figure Madrid como lugar de nacimiento, si nos ceñimos a su música, podríamos estar ante dos hermanos nacidos en algún lugar de una carretera polvorienta entre California y Arizona. En este mundo raro nos vuelve a deleitar con ese sonido genuino y en su directo, con un sonido cada vez más perfecto, sobretodo en la sección acústica. Destacable, el tema de cabecera en esta entrada, Trenes perdidos, composición del teclista Jesús Redondo, Bailando con la luna y el tema que lleva el título del disco, compuesto por Álvaro Urquijo. Y el momento especial de la noche en el Principal llegó con el recuerdo a Enrique y la interpretación de No digas no, uno de sus clásicos en solitario. Los Secretos siguen ofreciendo buena música con una calidad incomparable.


Este mundo raro (Los Secretos 2011)



No digas no (Enrique Urquijo)