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martes, 12 de julio de 2011

Arquitectura natural, un poema a una pintura y otro a la madrugada

Trazando las líneas definidas
de un amor completo,
lleno de color,
pleno en contorno,
siempre y de manera irremediable
se reduce, al final,
el dibujo en bosquejo,
cuando implacables surgen
los límites del lienzo.

Allí donde, fuera del marco,
gana la naturaleza el paisaje urbano,
ante los ojos atónitos del pintor
y se adentra en la ruina;
allí donde el sol irrumpe
por un tejado desquebrajado,
donde hiende el dolor
existe la luz.

De un beso marchito
se guarda el silencio
y de ese silencio
renace la vida.


Arquitectura natural, de Javier Peribáñez Suñén
 En el Café Easo, (C/ San Vicente de Paúl, 4) se expone la obra pictórica de Javier Peribáñez Suñén hasta el día 30 de julio.





Preludio del sueño


Cuando la ciudad
ha logrado zafarse de la noche
y del día,
hacia ninguna parte
o ese limbo que es la madrugada,
la luna es medio limón pálido
aterido y reposado
en el último tejado
que ha podido descifrar
el alma en vigilia


Los pequeños últimos suspiros
del mundo, cuando todo está en calma,
es la canción de cuna
para un hombre que trasnocha
por esperar lo que ignora.


Quizá esa persiana vencida por el sueño
o ese neón que deja de iluminar, de repente, 
la avenida de los coches sin garaje.
Quizá unas voces, unas risas
o el sonido de una riña lejana,
quizá un vaso
que estalla contra el suelo.


Todo es el conjunto y la armonía
de una orquesta que interpreta
esa suave canción
que es el preludio de un sueño.

sábado, 24 de julio de 2010

Midnight lace (David Miller. 1960)


Qué mejor manera de afrontar el calor veraniego que soportamos estos días refugiándonos una noche en casa y disfrutando en la pantalla de esa espesa niebla invernal londinense. Precisamente en una noche de niebla, de esas que no se puede ver quién tienes a tu lado, comienza la primera escena de "Midnight lace" en la que Doris Day es amenazada de muerte por una voz misteriosa y metálica, en mitad de Hyde Park. A Doris Day ya la habíamos descubierto por este blog como una actriz dramática en El trompetista y en 1956 Alfred Hitchcock ya la había sometido a su particular examen en "El hombre que sabía demasiado". Doris Day demostró en ambos casos que el papel dramático le venía como anillo al dedo. En "Un grito en la niebla", como se tituló en España "Midnight lace", Doris Day vuelve a encarnar al terror de manera muy convincente. Junto a ella el impecable Rex Harrison desempeña el papel fundamental de marido amable, comprensivo y caballero inglés por excelencia. Kit Preston (Doris Day) es una joven y rica heredera norteamericana que está casada con Tony Preston (Rex Harrison), un empresario dueño de una importante empresa londinense. A partir de esa noche en la niebla a la que nos referíamos al comienzo de la reseña la señora Preston es víctima de amenazas de muerte principalmente telefónicas, por parte de la misma voz metálica que le acosó la noche del parque. El director David Miller, al más puro estilo hitchcockiano, va ofreciendo al espectador diversos candidatos para presuntos culpables con el único fin de confundir y sorprender de manera magistral al final de la cinta con un giro argumental totalmente inesperado. Las conexiones con el cine de Alfred Hitchcock son diversas, desde el estilo narrativo hasta el propio reparto incluyendo al actor John Williams en el excelente papel de Inspector Byrnes (John Williams siempre fue un actor de reparto fijo para Hitchcock). Si no han visto esta película es conveniente descubrirla. No puedo extender más la reseña pues, de lo contrario, desvelaría parte de la trama rompiendo la magia de esta película. Espero que les guste.