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sábado, 10 de octubre de 2009

"Portrait of Jennie" (William Dieterle. 1948)



Bienvenidos a la historia de amor más fantástica, romántica e imposible jamás contada. Un sueño que discurre entre los caprichos de cámara de William Dieterle, creando unos paisajes de Nueva York como nunca antes lo habíamos visto, las luces y sombras de una ensoñación romántica através de las farolas en la niebla de Central Park y de la niebla en la mente de un artista sufriendo por un amor imposible, el amor de Jennie. Joseph Cotten es el artista Eben Adams, un pintor mediocre que no consigue vender un cuadro y en cuyas obras no existe el menor rastro de luz, ni brillo, ni amor. Eben Admas sólo retrata la oscuridad, la pena, la soledad que él mismo siente durante toda su vida hasta el momento en que conoce a Jennie (Jennifer Jones). Jennie es, al principio, una jovencita que viste con ropa de otro tiempo a la que se encuentra una noche en un banco de Central Park. Jennie es una chica mágica, "con enormes ojos tristes" pero brillantes y sinceros que habla de situaciones, lugares y cosas que pertenecen a otro tiempo. En éste primer encuentro la jovencita pide a Eben Admas que la espere hasta que ella crezca. En el siguiente encuentro la jovencita ya ha crecido y es toda una mujer enamorada del pintor y por la que él también se encuentra fascinado y locamente enamorado. Aquí William Dieterle nos presenta a Jennie como una mujer que más que mujer es sueño, una ensoñación imposible para el hombre enamorado de algo que parece irreal. Es en éste punto donde yo comparo ésta sensación a la que siente Dana Andrews por Gene Tierney en "Laura", cuando él todavía cree que está muerta. En cualquier caso, las dos son obras maestras. Eben Adams persigue ése sueño que es el amor de su vida (y que ni él mismo sabe si es sueño o realidad) en cualquier lugar o pista que ella le haya dejado. Los encuentros entre los dos amantes en el tiempo son de una intensidad muy palpable pero cortos y perecederos, sólo confiados y confiando en lo imperecedero de su amor eterno. Una mujer, un amor, sobre la que es imposible trazar cualquier tipo de plan de futuro porque, como dice Jennie, "¿Qué es el mañana?...el hoy es un mañana de un ayer mejor. Mañana es futuro de la palabra olvidada". Cuando Eben Adams está con ella viviendo un momento íntimo, derepente, ella desaparece. El final de la película es idílico, genial y tan mágico como toda la cinta. Además, William Dieterle realiza un homenaje al cine mudo coloreando las partes finales con filtros verdes, rojos y morados (era la forma de colorear antiguamente las películas). La sorpresa final está en el último fotograma de la película en el que sale el cuadro que Eben Adams pintó a Jennie y que está expuesto en el museo de Nueva York. El cuadro lo vemos en maravilloso Technicolor. Sin palabras. Mención especial a la aparición de la estrella del cine mudo Lillian Gish y al gran papel que, como siempre, realiza Ethel Barrymore como la solterona Spinney. Otra obra maestra para disfrutar de un tirón, en silencio, una noche de otoño. EL video recoge el comienzo de la película donde la ciudad de Nueva York parece sacada de un lienzo y supone la primera aparición de Jennie.


Existe una canción llamada "Portrait of Jennie" cantada por Nat King Cole pero no se incluyó en la película. Es una gran balada pero tampoco la encontré por internet. ¡Feliz Pilar a todos!