La otra noche, al entrar en el nuevo bar "Albéniz" de la zaragozana Calle Cadena, además de escuchar muy buena música en directo, llamó mi atención el cuadro de un hombre apoyado en una farola. Aquel animal nocturno estaba tan doblado sobre la farola que parecía un saxofón mientras, por detrás, se descolgaba una enorme luna de los más altos edificios. En esos momentos sonó "Harlem nocturno" en el saxofón de Illinois Jacquet Illinois_Jacquet_-_Harlem_Nocturne
“Cuando está a punto de despertar la mañana en Zaragoza yo paseo avenidas anchas oscuras, mudas, vacías, sin ojos calles ciegas de árboles deshabitados en ruina farolas encendidas cuando deshielan las nubes lágrimas de impotencia, despojos -otoño en invierno- caricias vendidas
Las lámparas rotas de la calle Rufas crean sombras irregulares mezcladas con la basura en las aceras, jóvenes naufragios en mares de sábados nocturnos
Yo me sumerjo en los espectros de un primer ‘te quiero’ de una verja de patio de colegio de un atraco en un portal de madrugadas destrozadas en los suburbios de la luna y las estrellas que dejaste en las afueras de mis manos
Yo me sumerjo en el espectro de una misteriosa mujer que espera sobre el puente a que la niebla despeje el Ebro.”
Aquí me dispongo a hablar de una de mis películas favoritas de toda la historia en la que se complementan de manera perfecta el argumento con la música creando el ambiente más propicio para sentirnos en mitad del Harlem de los años treinta. Coppola recrea a la perfección el corrupto mundo del cine negro oscureciéndolo aún más con la intervención a cargo de la banda sonora del maestro John Barry que, sirviéndose también de clásicos del jazz, con sus propias composiciones impregna toda la cinta del inconfundible sonido del Cotton Club de la década de los treinta. La película es una obra llena de detalles, por ejemplo, en el aspecto de la ambientación. Coppola hace que nos sintamos en la sala del famoso club de Harlem con la aparición de las estrellas de la época. Así podemos ver a algunos extras representando a estrellas de la época que eran asiduos al espectáculo del Cotton Club. Podemos ver a James Cagney, a Gloria Swanson o a un perfecto imitador de Chaplin. Son detalles que pueden parecer insignificantes pero son indispensables. Nos encontramos en el Harlem de los años treinta y Coppola nos mete de lleno en dos de los grandes problemas de aquélla época. Por un lado, vemos a dos protagonistas inocentes (Richard Gere y Diane Lane) atrapados por esa oleada de delincuencia que tuvo lugar con las bandas de gángsters y el final de la ley seca. Aquí destaca el papel de Bob Hoskins como Owney Madden, propietario del Cotton Club y el gángster con "más cabeza" de todo Harlem. Prueba de ello es que, cuando las cosas se ponen feas, acaba por echar mano de Lucky Luciano. Owney Madden siempre está acompañado por su inseparable amigo interpretado por Fred Gwynne, una relación muy cómica. Tambien destaca el papel de James Remar como Dutch Schulz, el peor gángster de Harlem, como uno de los villanos más malvados y mejor logrados de toda la historia del cine. Por otro lado tenemos el problema del racismo y su explosión en ésta década con la matanza del dia de San Valentin (ordenada en Chicago por Al Capone). Coppola profundiza en éste problema dejándonos ver la descriminación racial, sin ir más lejos, en el propio Cotton Club donde actúan sólo gente de color y sólo pueden acudir a verlos los blancos. También nos deleita, de paso, con uno de los primeros papeles de Samuel L Jackson. Ante todo éste ambiente tenemos a Richard Gere como Dixie Dwyer, un modesto trompetista de jazz que sólo toca en bandas afroamericanas, y que verá cómo su vida toma un giro drástico al salvar la vida accidentalmente del gángster Dutch Schulz. Esa misma noche también conoce a Vera Ciceron (Diane Lane) que se convertirá desde entonces en la amante de Schulz y de Dwyer a partes iguales. Una relación a tres bandas realmente tormentosa. Richard Gere está intachable con su gran papel de Dixie. Diane Lane está seductora e irresistible tanto de morena como de rubia. Realiza a la perfección el papel de una jovencita fría y calculadora que asciende rápidamente valiéndose de su físico hasta conseguir ser la dueña de un club propio, el Vera's Club. Racismo, delincuencia, relaciones tormentosas y mucho swing y jazz del bueno para completar una obra maestra. Mención especial a Nicolas Cage como el hermano tonto de Dixie que también trabaja para el holandés Schulz y acaba...muy mal. También tengo que hablar del papel de Gregory Hines como el bailarín del Cotton Club Sandman Williams, que comienza una turbulenta relación con una cantante del club (bien pudiera ser Lena Horne) y hará frente a muchos problemas raciales por ser una pareja mixta. Espero que la veais y disfruteis con la música que hizo temblar el mundo hace setenta años, con el swing de Cab Calloway o Lena Horne. Os dejo con unos videos de la película. Canción: "Ill wind":
Diana Lane cantando "Am I blue?" y la escena "Dixie kidnaps Vera" con música de John Barry: