Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas

martes, 7 de julio de 2009

"Carta de suicidio"


- "....escucha. Esta noche te voy a llevar hasta el callejón y te voy a contar un cuento por si te lo crees y quieres hacerme feliz. Me dejo, dicen que es gratis y ni siquiera duele. Pero una vez más salgo del trabajo en compañía de mi sombra intermitente que va y viene en cada farola en lo que, debo confesarte, me recuerda a ti "Mrs. Guadiana". Camino y levanto la mirada al cielo como queriendo respirar la absurda libertad de estar sin ti... o de haber salido del trabajo por fin, pero libertad al fin y al cabo... libertad que me tiene preso. Esta noche la luna está siendo atravesada vilmente por una nube tan negra que la hace desaparecer. Pero el diamante que cuelga del cielo y que una vez quemaste en tus pupilas está hoy tan lleno que resplandece tras la sombra opaca y, librando una dura batalla, consigue deshacer la espada de humo que no la llegó a atravesar. Llego a mi casa y una serie de la televisión dice: - nunca te enamoras de la persona adecuada -. Bien, es cierto, y ¡qué más me da!...yo me enamoro de quién me sale de las naríces, por no ser soez, y además me enamoro como un burro y para toda la vida."

Hoy Arturo se dispone a escribir una carta final a su amada. Una carta de amor, desamor, despedida y suicidio. Sube a casa, saca papel y pluma y se dispone a empezar la carta:

"Hola Eva. Ahora que la luna llena ha salido de entre las nubes negras, resplandeciente, me acuerdo del brillo de tus pupilas la primera vez que te dije "Te quiero". Luego te acostumbraste y el brillo desapareció. Más tarde incluso te molestaba que te dijera lo guapa que estabas. Sé reconocer cuándo es el final. Te quiero mucho, cariño... nunca he querido así y estoy seguro de que eres tú la persona con la que querría pasar el resto de mi vida. No es sólo estar enamorado de ti... porque ya llevo mucho tiempo así... es que te amo con toda el alma, con todo mi corazón y tú representas toda mi vida. Eres una chica maravillosa, incomparable, eres un sueño hecho realidad y comprendo que estas palabras ya no te acaricien el corazón como antes porque te las he repetido demasiadas veces. Sin embargo, amor, yo nunca he estado a tu altura y siempre que he intentado contigo hacer las cosas lo mejor posible he fracasado. Te he fallado ya demasiadas veces. Nunca me he sentido capaz de hacerte feliz excepto cuando tú me lo hacías creer. Realmente sólo he creído en ese "cuento de hadas" del amor verdadero y eterno cuando miraba en tus ojos y besaba tus labios de caramelo sexual, carnal y pasional. Sólo le llegué a creer cuando tú lo creías o yo creía que lo creías. Ahora que ya no crees yo también dejé ya de creer. Tampoco creo en mí y tampoco creo que tú te merezcas estar con alguien como yo...tú mereces ser feliz y eso a mi lado es muy difícil. Mereces algo mejor, Eva. Mereces un hombre que, al menos, tenga algún aliciente. Un hombre que sea tan especial como tú, que convierta la vida en un juego maravillosos como tú lo haces. Por otra parte, Eva, sigues muy enganchada a él y ya no creo que puedas vivir si no es con él. Tú misma lo dijiste. Yo lo entiendo, son muchos años y él te ofrece cosas que ni siquiera yo soy capaz de soñar con ofrecerte. Pero, Eva, yo te quiero mucho y no consigo soportar verte sufrir. Mi amor por ti es lo que más me importa excepto tú. Yo sacrificaría cualquier cosa por ti, me sacrificaría hasta yo mismo. Por eso te escribo esta noche. Hoy es la noche en la que me suicido. Entiéndeme bien. Mi vida completa eres tú y sin ti no sé vivir. Pero creo que yo no merezco que sufras tanto por mi y que te comas la cabeza, que te plantees dejarle por mi... También creo que tienes razón en lo de no confiar en mi, yo nunca he confiado. Sé a ciencia cierta que nunca te mentiría... nunca más, pero no me refiero a eso. Me refiero a que yo sólo he llegado a confiar en mi cuando tú me lo has enseñado. Eres toda mi vida y te quiero mucho pero no quiero que sufras. Así que hoy sacrifico mi amor, mi vida, y lo hago por ti. No me voy a matar pero casi...porque estar sin ti es como morir. Es voluntario, así que es suicidio. Seguiré estando, como la canción, en el lugar de siempre y con la misma gente y te esperaré hasta el final de mis días. Quizás así se solucionen tus problemas que yo te he causado...quizás así, veas la luz. Pero, antes de suicidarme, quiero que sepas que siempre estaré enamorado de ti como ahora y que nunca pensaré en nadie más porque tú eres la única que me pueda devolver a la vida."

Arturo firmó la carta y se la envió a Eva a su domicilio. Arturo quería seguir vivo pero sabía que sin ella era muy difícil. Aún así, su idea era esperarla hasta que ella lo llamara. Sabía que existía el peligro de que ella no lo llamara jamás pero dicen que de pena no se muere... ¿o si?. Lo que está claro es que a Arturo sólo le importaba la felicidad de esa chica a la que llamaba Eva por ser para él "la primera mujer" y, por esa felicidad, sacrificó la suya. Pero ni tan siquiera se llamaba Eva.

Al día siguiente se despertó como renacido, descansado y con una luz fulgurante que sólo había descubierto una vez en los ojos de Eva. Pero al levantarse de su cama de nubes descubrió que había muerto, que su suicidio había sido real. Se levantó, fue a hablar con Dios y a pedirle explicaciones. Dios le obsequió con el regalo de ser el angel de la guarda de su amada, por sus buenos sentimientos. Arturo se quedó pensativo y llegó a la conclusión de que eso era mejor que estar vivo. Le dió las gracias a Dios y se fue a cuidar de ella para toda la eternidad...aunque ella no lo supiera... nunca.

miércoles, 24 de junio de 2009

"El soneto perfecto"



Soneto perfecto

"Yo estoy buscando el soneto perfecto,
que me hable de tu "sí" más silencioso,
que me afirme tu "no" más pretencioso,
que calle por ti tu falta de afecto.

Quiero buscarlo sin ningún defecto
como tú... que nazca maravilloso
y... si no me habla de ti tan glorioso
yo le daré un gentil golpe de efecto

Que sólo hable de tus más dulces besos,
de tus "te quiero" en mis ojos robados.
Que calle del desamor y sus excesos.

Que resucite el gemido enredado
Que licue los momentos más espesos
Que construya en las ruinas del pecado."



Dedicado al rencuentro con sus pupilas.

miércoles, 3 de junio de 2009

"Soneto a la luna recostada"



"Luna recostada en una gris nube
¿Quieres irte a dormir o estás cansada?
Harta de ir por el cielo abandonada
Hoy yo también por el desierto anduve

Mira cómo la bebida se sube
O ¿es tu luz la que enturbia mi mirada?
Me parece verla en cada explanada
Cada vez que de besarla me contuve

Tápate con tu sábana de humo
Que yo buscaré mi consuelo errante
Duérmete y no mires cómo me consumo

Ahora me pareces muy distante
Mucho más ahora que, al fin, asumo
Que no estás en los ojos de mi amante"


Aunque se me ocurrió éste soneto caminando por la Gran Vía de Zaragoza bajo una luna recostada sobre la almohada de una pequeña nube gris, la fotografía pertenece a un edificio simbólico que, desgraciadamente, no pude conocer en persona. Siempre me ha gustado mucho la imágen de la luna "recostada" sobre las torres gemelas de Nueva York. Sólo me gusta más la luna cuando está sobre sus pupilas.

martes, 26 de mayo de 2009

El Ebro y la noche (Relato. Diálogo- monólogo con el río)


"Estoy viendo al ancho río discurrir en calma, pausado y en silencio para no despertar a la noche. Es curioso cómo el viento me trae unas gotas de su agua directamente a los ojos. Es tan curioso que puede no ser verdad y que éstas gotas de sal tampoco sean del mar sino que, procedentes de mi interior, son recuerdos y añoranzas convertidos en lluvia.

La estoy buscando con mucho afán dejando a un lado las luces de la ciudad, pero ésta noche no hay luna. ¿Por qué se esconde siempre la luna cuando ella no está? o ¿por qué se oculta siempre que "mi" chica está triste?. Me falta ella y me faltan las estrellas porque al lado de ellas mi niña es la más bella.

Sentado en un banco mis ojos humedecidos se sumergen en el agua negra de un río nocturno. Pienso en cuántas vidas ha visto pasar el señor Ebro por delante de sus ojos de piedra romana y antigüa. Al ponérmelo a pensar casi me entran escalofríos por su antigüedad. Entonces, ¿qué le puede importar ahora un jóven envejecido perdido en ésta ciudad?. Me gustaría ser el río, tranquilo e impasible... siempre por el mismo camino, siempre sin descarrilar porque sabe dónde tiene que desembocar. En cambio, mi vida a temprana edad ya me ha descarrilado y descarriado varias veces, y ahora soy un tren de cercanías perdido en una vía sin estación de destino. Puedo ser un tren al trote loco de no saber adónde va o puedo ser un vagón pintado, destrozado y olvidado detrás de la estación de Canfranc. Hasta ahora nunca he encontrado estación donde reposar y, justo una vez que la encontré, me cambiaron de agujas sin avisar. Así que nunca llegué a desembocar.

Sigue el río caminando orgulloso de saberse el camino. Me mira con descaro, con esos ojos empedrados y me susurra que siga su navegar ya que él tiene un sitio al que llegar. Después el río se rió al explicarle que no sabía nadar. ¿Estará contento con su desembocadura?. ¿Estará el Ebro enamorado de Tortosa?. Yo no lo sé, pero ya lleva mucho tiempo así. En cambio yo, parezco condenado a estar perdido el resto de mi vida y... no es ser negativo sino tener memoria... no hablo yo, habla mi experiencia.
Después de todo soy un riachuelo sin importancia que nisiquiera merece desembocar, que escribe versos bajo una farola, que sabe dónde quiere acabar, que ya no da pie con bola y que no quiere continuar. ¿Qué harías tú, Iberus, si quisieras desembocar en un delta ocupado?, ¿qué harías tu, Ebro, si estuvieras toda tu vida sin ver el mar?.

El calor del día se torna en repentino frío de final de mayo al igual que, después de la pasión, se refrescan sus suaves mejillas. En fin, yo creo que ésto no ha sido más que un mal ensayo de un tren que no deja de descarrilar. Sé cuál es mi estación y conozco mi desembocadura, y la amo con locura... pero cada vez le veo peor solución.

Ésta ha sido mi noche y éste ha sido mi Ebro en el que no brilla la luna y los recuerdos yo ya no enhebro".


La fotografía recoge una panorámica del río Ebro en el que se funde un vagón abandonado y descarrilado (también descarriado) de la estación de Canfranc y una farola.

lunes, 18 de mayo de 2009

Atardecer y saxofón (poesía libre)



"Esta tarde las nubes dejaron salir el sol poco antes de ponerse
Anaranjando el paisaje de cristales encarnados y chimeneas de fuego
La ciudad solloza lágrimas de verano antes de enmascararse
Para luego ocultarse tras la noche, que no admite ni un ruego

Yo salí a esa hora en que la luna y el sol coinciden un segundo.
Comencé la avenida escuchando de fondo a mi vecino saxofonista
Por casualidad, practicaba su música nocturna y provocó en mi un dolor profundo
Con su versión de "Laura" se convirtió en artista
... por un segundo, para hacerme sentir cómo me hundo...
Reinventando un pentagrama que me recuerda a la mujer que con una mirada me conquista".

martes, 12 de mayo de 2009

Abrazos


Acabo de regresar a mi casa tras otro despiadado turno nocturno de esos de ocho horas que parecen sesenta. Ahora las tinieblas ya han dejado paso a la tímida luz solar del amanecer y yo, cual lechuza, me voy a dormir. Sólo los vampiros y gente así hacemos estas cosas de dormir de día, al revés de todo el mundo. Esta noche una de mis rondas me ha llevado hasta la azotea del edificio que estaba vigilando y ahí me he encontrado con la noche. Arriba sólo estaban las estrellas y la luna ascendía entre dos torres gemelas que la enmarcaban como empujándola hacia el cielo. Ahí estaba la vieja luna mirándome menguante haciendo crecer a los recuerdos... la vieja luna vigía de los sueños de la bella durmiente. Suelen decirme, en ocasiones, que al escribir un poema soy demasiado clásico ya que busco la rima de la composición clásica de los sonetos. A mi me gusta así pero también he escrito algo más moderno. Lo escribo aquí por si os gusta:

"Abrazos"

"Hoy he vuelto a sentir la suavidad de tu piel
Como un milagro, como la luz de la luna
Esta noche he vuelto a contar los brillos de tus pupilas
Como si contara diamantes, como una lluvia de estrellas

Cada día se hace más dulce el sabor de tu abrazo
Como un renacer, como el agua para el desierto
Cada reencuentro es más suave el néctar de tu miel
Como tu despertar cuando mi canción aún te acuna"

(A Maggie)


Al final no pude evitar rimar los dos versos primeros con los dos últimos