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lunes, 28 de febrero de 2011

M (Fritz Lang. 1931)

M, en el centro de la imagen, totalmente rodeado





Fritz Lang es uno de mis directores favoritos (junto al otro austriaco, Otto Preminger) y uno de los reconocidos fundadores del noir, trasladando a norteamérica los fundamentos del expresionismo alemán. Por ello mi intención es profundizar en sus obras alemanas donde se fraguó el gérmen de algunas películas inolvidables como The woman in the window, Scarlett street, The big heat o Deseos humanos. M, el vampiro de Düsseldorf (como es conocida en España) fue la primera película sonora que realizó el director vienés después de catorce películas mudas. Solo realizó una película sonora más en Alemania hasta su marcha a Estados Unidos, huyendo de la propuesta de los nazis para trabajar junto a ellos. Fritz Lang en M nos narra la historia real de un psicópata llamado Peter Kürten que asesinó a varios niños en la ciudad de Düsseldorf. Considerado su mejor trabajo por el propio Lang y una obra maestra de la historia del cine, M transcurre por las calles de Düsseldorf en una atmósfera profundamente oscura y decadente que nos remite irremediablemente al pesimismo alemán generalizado tras la derrota en la Primera Guerra Mundial.
Primera aparición de M con un plano magistral
La policía busca sin éxito por la ciudad de Düsseldorf a un asesino de niñas que atrae a sus víctimas con dulces y bombones, influencia clara para Ladislao Vajda y su obra El cebo. Pero al ver que éstos no logran dar con él a pesar de duplicar su vigilancia por las calles y garitos de la ciudad, los criminales de los bajos fondos (encabezados por un sublime Gustav Gründgens) deciden emprender también su búsqueda para que sus negocios no sean arruinados por la presión policial. La persecución es cada vez más agónica y angustiosa hasta que el grupo de criminales logra dar con el asesino en una escena prodigiosa que comienza con la imagen de cabecera. Los criminales, con M en sus manos, quieren proceder a un linchamiento popular.
El asesino, rodeado por los criminales, es sometido a un juicio en el que parece condenado antes de ser juzgado.
 El asesino es interpretado a la perfección por un Peter Lorre en estado de gracia que se ganó un puesto principal en el cine como villano, reconvertido en alguna ocasión para sus apariciones en películas norteamericanas como en el caso de Arsenic and old lace (Capra. 1944). Lorre se introduce en un personaje enfermo con una acusada doble personalidad que intenta huir de sus persecutores y al mismo tiempo de sí mismo. Lang incide conscientemente en este hecho para establecer inteligentemente una cuestión para el público: ¿Es culpable el asesino enfermo?. ¿Es más culpable él que los criminales que lo juzgan y posteriormente lo quieren matar?. El hecho de que el asesino sea descubierto por un hombre ciego también es digno de tener en cuenta pues no deja de ser interesante que el único hombre que está privado de la visión sea el que finalmente lo reconoce. El hombre ciego no es policía ni criminal y vive en paz. Quizá esa sea la cuestión. Apasionante obra maestra.
El hombre ciego, "Blind", es el que finalmente reconoce a M. El error del asesino es silbar una alegre cancioncilla.