Hoy es nueve de agosto de un verano bastante caluroso del que tengo ya ganas de desprenderme. Para intentar despistar el calor, ayer por la tarde, viajé hasta Jaca y hoy escribo desde aquí unas líneas dedicadas a este pueblo con delirios de ciudad que guarda tantos recuerdos para mí. Para informar al lector diré que una parte fundamental de mi familia (mi abuelo materno, Ambrosio Callau) nació en Jaca en 1921 y desde que yo tuve uso de razón hasta que mi infancia tocaba a su fin mis veraneos siempre habían estado ligados a esta tierra conocida como la perla del pirineo aragonés. Últimamente he recuperado esa vieja costumbre veraniega porque cada vez que vuelvo aquí es como si regresara a mi hogar, es como si todo mi ser reconociera estas raíces. Yo nací en Zaragoza un 1981 pero, no me pregunten por qué, algo irremediable me lleva hasta este paisaje siempre que tengo oportunidad.

Lo cierto es que ya estaba bastante harto del trabajo y de la ciudad, así que lo primero que hice fue tumbarme en la hierba a mirar al cielo, las montañas y disfrutar de esa naturaleza que aún se respira por aquí y que en las ciudades es poco más que una quimera. Esta mañana he salido a pasear, a respirar y he bajado hasta el cauce del río Aragón a su paso por un bonito puente medieval llamado San Miguel. Desde allí la panorámica que se observa de la ciudad de Jaca es excelente. Al fondo, a la derecha, destaca sobre el paisaje la siempre vigilante Peña Oroel descansando su petrificada mirada sobra la población jacetana. Ante este paisaje me ha sido imposible resistirme a escribir algunos versos desde el fondo más sentimental. No es que sea algo brillante pero debía dedicarle una rima a esta tierra tan importante para mí. Hacía tiempo que no escribía un soneto así que permítanme que les deje algo dedicado al puente medieval de San Miguel, a la ciudad de Jaca y a los recuerdos del pasado. En las fotografías, realizadas esta misma mañana, se puede apreciar el paisaje del que hablaba anteriormente.
Paisaje con puente
Desciendo hacia el Puente de San Miguel
y junto al río su rumor de hogar
me invita a emborronar un papel
con recuerdos, versos… con tu mirar
Allí donde destaca Oroel
me parece imposible retratar
tanta belleza con un pincel
pero al menos la intentaré rimar
Pues desde este viejo puente medieval
se puede escuchar la voz del pasado
resurgiendo como Fénix inmortal
Yo nunca dejo nada olvidado
Todo revive aquí sentado
mientras Jaca se extiende en mi postal


PD: Estos días es probable que no pueda responder comentarios ni visitar blogs pues no tengo conexión a internet por estos lares, tan sólo una zona wifi en el Paseo de la Constitución pero dependo totalmente de la batería del portátil. Así que si no me ven es por esta razón. Que lo pasen bien estos días y consigan despistar al calor.