
Efectivamente, como he escrito deliberadamente en el título, estamos ante un novedoso experimento que realizó Robert Montgomery (el papá de Elizabeth Montgomery, la mítica "Embrujada") en 1947 sobre la novela del mismo título que Raymond Chandler publicó en 1943, su cuarta novela. Robert Montgomery rodó toda la película en plano subjetivo, con lo que el espectador es testigo del desarrollo de los acontecimientos en primera persona, a través de los ojos de Philippe Marlowe. Con este recurso narrativo el espectador está más limitado pues sólo puede ver lo que Marlowe ve y no el plano de toda una habitación con todos los personajes, como ocurre en las demás películas. Esto quiere decir que si Philippe Marlowe es atacado por la espalda, no veremos al enemigo pero sí sentiremos la tensión y el peligro del momento, metiéndonos en la piel del detective. Así también el espectador tiene la oportunidad de seguir con Marlowe el curso de la investigación pura y dura. Debo decir que me sorprendió el considerable aumento de misterio y suspense que se consigue con esta técnica narrativa.

La película comienza con Philippe Marlowe (Robert Montgomery) hablando directamente al espectador, frente a la cámara. En este monólogo Marlowe nos explica que ha decidido dejar de lado la investigación para dedicarse a escribir novelas policiacas y que, en ese momento, se dirige a una editorial. Cuando termina esta explicación del personaje protagonista, la cámara se convierte ya en subjetiva y será así hasta el final de la cinta. Sólo veremos la cara de Marlowe cuando éste se mire en un espejo o, accidentalmente, pase por delante de uno. El efecto de mirarse al espejo, hablar por teléfono e incluso besar a una mujer está muy bien resuelto técnicamente en la película sin abandonar ni un sólo instante la cámara subjetiva.


Aunque sólo sea por esta razón ya merece la pena su visionado pero, además, estamos ante otra gran historia de Raymond Chandler llena de crímenes, chantajes y bajas pasiones aunque se diferencia del resto de sus novelas porque esta vez no son personajes adinerados quiénes las sufren. La adaptación del guionista Steve Fisher es estupenda pero yo destacaría sobretodo el trabajo de actor-director que desempeña Robert Montgomery teniendo en cuenta que fue la primera película rodada íntegramente en cámara subjetiva si no es incorrecta mi información. A continuación una muestra de la película: