Ya era hora de que en este blog apareciera el gran Luis Buñuel del que en estos últimos días he tenido el enorme placer de conocer su película "Él", rodada tan sólo durante tres semanas de 1952. "Él" es una obra cinematográfica adaptada de la novela homónima escrita por Mercedes Pinto. Si no me equivoco es la octava película que Buñuel rodó en Méjico y está considerado uno de sus mejores largometrajes. Yo no puedo decir tanto ya que he de reconocer que me falta por ver mucha de su obra. En cualquier caso, "Él" es una película muy angustiosa que trata de manera formidable el tema de la obsesión sexual y de la metamorfosis que ésta puede causar en una persona hasta llegar a la locura. En mi opinión la cinta se mueve en el difícil espacio que existe entre dos aguas muy distintas, la del realismo y el surrealismo llevado al extremo sin hacer un abuso innecesario de los trucos de cámara. Conseguir crear un ambiente incómodo, angustioso y transmitirlo al espectador desde la mente del protagonista de una manera tan efectiva a base de unos planos oscuros tan sublimes es una tarea digna de alabanza.
El peso de la película recae por completo en el protagonista Francisco Galván, interpretado magistralmente por Arturo de Córdova, que ante nuestros ojos experimentará un espectacular cambio desde la primera escena de la película hasta su devastador final. Esta trasformación viene marcada por una clara evolución mental que lleva al personaje de caer rendido ante los pies de su amada Gloria (Delia Garcés) a intentar asesinarla movido por unos incomprensibles ataques de celos. La sumisión de la mujer ante un marido dominante y maltratador se trata de manera cruel y descarnada despertando en el espectador un fuerte sentimiento de compasión por ella, que estaba destinada a una vida muy distinta. Otro de los aspectos a destacar es la particular y realista visión que Buñuel nos ofrece de la Iglesia que, representada por el Padre Velasco (Carlos Martínez Baena), defenderá siempre al hombre rico y poderoso frente a la mujer desvalida y maltratada. Este rasgo tan característico de la Iglesia vendrá reforzado por una escena magistral típicamente buñelesca en la que Francisco Galván, dominado totalmente por la locura, está a punto de matar al propio Padre Velasco que tantas veces lo había defendido a capa y espada. Finalmente veremos como es la propia Iglesia la que, al final de sus días, vuelve a arropar al pobre demente. Esta película de obligado visionado es impactante, muy dura e imprescindible. No es de extrañar pues que el mismísimo Alfred Hitchcock la tomara de ejemplo para crear "Vértigo" años más tarde. De Luis Buñuel se han dicho y se dirán muchas cosas pero como lo que a mí más me gusta es escuchar hablar y leer a la gente a la que verdaderamente le entusiasma les dejo aquí un magnífico texto de Alfredo Moreno extraído del blog 39 escalones y escrito conmemorando los veinticinco años de la muerte del genio:aquí
A continuación podemos ver unas imagenes que demuestran la profunda metamorfosis del personaje: