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Bien sé yo que no pretendo hacer publicidad... |
Es domingo y los centros comerciales han permanecido abiertos. Creo que actualmente hay muchas razones para protestar pero, sin embargo, nadie parece querer cantar. Acabo de regresar a casa. Esta tarde he podido comprobar, en mis carnes, la soledad acompañada en la entrada de un centro comercial abarrotado, un domingo cualquiera. Además se comenta la posibilidad de que, al año que viene en Madrid, los centros comerciales abran al público las 24 horas del día. ¡Por fin, el señor Matute va a poder comprarse un traje de Emidio Tucci a las cuatro de la mañana! Y eso que nos quieren contentar diciendo que van a generar 20.000 puestos de trabajo (¿alguien se lo cree?) Para colmo, mientras soportaba mi jornada domínico-laboral, un cliente se ha acercado hasta mi puesto y me ha preguntado cuál era la hora de cierre. Yo le he respondido, muy amable, que se cerraba a las nueve. Y el cliente me ha preguntado que... ¡si me refería a las nueve de la noche!
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¡Como lo oye, oiga! |
Bueno, pues ante tanta buena noticia, uno no ha podido menos que componer "esta broma" que se titula "Blues del domingo de apertura" o "Openin' sunday blues" (¿por qué suena siempre mejor en Inglés?)
Openin' sunday blues
Es domingo por la tarde
y no quiero trabajar.
Las familias en las calles
abarrotan la ciudad.
Buscan algo que comprar,
regalos para navidad.
Me pregunto dónde está
la crisis en esta "suciedad".
Creo que sufren solo los de siempre
y engoradan más y más
los gordos hasta reventar.
Sienten frío, sienten hambre,
se mueren de soledad
solo los mendigos
que vomita esta sociedad.
¡Qué domingo por la tarde!,
¡abrió el centro comercial!
Ha perdido el Zaragoza
mas no lo pude escuchar.
Me ha tocado trabajar,
me ha tocado olvidar,
que estos días ya no son
solo para descansar.
Domingos de apertura,
triste realidad.
Puntos de sutura
solo para disimular.
La herida sigue abierta,
ya no me paro a pensar
los que al final de mes
no saben cómo llegar.
Domingos de apertura,
tristeza en la ciudad.
Puntos de sutura
que no paran de sangrar.
La última conjetura
es que no quieren cerrar
ni de noche,
ni de día,
¡ni dios
que se detenga a respirar!
Desde luego prefería el domingo en Nueva York que nos cantaba Bobby Darin. ¿Recuerdan qué maravillosa comedia la de "Sunday in New york", con Jane Fonda y Rod Taylor?