domingo, 12 de abril de 2009
The best years of our lives (1946. William Wyler)
"Los mejores años de nuestra vida", es el título en castellano. Me vuelvo a enfrentar desde estas líneas a otra joya hecha celuloide y otra de las películas que llegan a rozarte el corazón. Es la historia de tres soldados que regresan a casa tras la segunda guerra mundial. Tres vidas que se encuentran en la avioneta que les lleva al hogar y la readaptación a la vida cotidiana que llevaban antes del conflicto. Fredric March es Al Stephenson, un padre de familia que tiene un empleo asegurado en un importante banco de la ciudad. Dana Andrews es Fred Derry, un tipo humilde con un trabajillo sin importancia al que ya no puede acceder tras la guerra, que tiene una novia (Virginia Mayo) que parece haberse olvidado de él y con unos padres que viven casi en la miseria. Harold Russell es Homer Parrish, un jóven estudiante que regresa a casa mutilado, tras haber sobrevivido a un incendio, habiéndole amputado los dos brazos y llevando en su lugar dos garfios que maneja con las articulaciones del codo. El primero en llegar al hogar es el jóven Homer y esto da lugar a una de las primeras frases de la película que te dejan clavado en el sillón. Fred dice: "Hay que agradecer la eficacia del cuerpo de la marina al enseñar al muchacho a manejarse con esos ganchos" y Al responde: "Sí... pero no le explicaron cómo abrazar a su novia". Estas frases se funden con la imágen de Homer clavado en el suelo con cara de tristeza mientras su novia Wilma (Cathy O' Donnell) le abraza. De esta forma tan contundente comienza una película que, además de maravillosa, no deja de ser crítica. La primera frase que he comentado entre Al y Fred ya deja ver cierta intención crítica. Esta intención llega a ser un hecho ya consumado en la primera conversación de Al con su hijo la noche en la que ha regresado a casa. Tras hablar con su hijo acerca de la bomba atómica y sus consecuencias Al, con mirada perdida, dice: "No, he estado allí (en la guerra) y no he visto nada". La dificultad de la adaptación vivida por Fred es otro apartado crítico, así como las secuelas psicológicas que soporta Homer al intentar vivir su vida de antes sin poderse valer por sí mismo. En el apartado de las relaciones sentimentales, el caso de Homer es un ejemplo para las demás parejas. Si Homer consigue vencer sus dificultades y casarse con su novia Wilma, todo es posible. Fred, tras dejar a la novia que tenía antes de la guerra, se enamora perdidamente de la hija de Al (Teresa Wright). Fred consigue superar las dificultades que se le presentan con Al y termina con ella. En el caso de Al, simplemente, ver cómo su mujer soporta las rarezas de ese hombre, ya mayor, que ha regresado al hogar tras una larga contienda ya es suficiente. El papel de Mirna Loy como esposa de Al es inmejorable y muy entrañable. También hay que recordar al tío de Homer, papel protagonizado por Hoagy Carmichael, propietario de un bar donde suelen emborracharse y salir de copas los protagonistas. Un gran peliculón que nunca me canso de ver. Fue ganadora de ocho oscars.
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2 comentarios:
Excepcional comentario sobre una película inolvidable, imperecedera, eternamente vigente. Antes de que se pusiera de moda hablar de las taras de los veteranos de Vietnam, aquí tenemos una auténtica joya acerca de los estragos de la guerra en la conciencia y el corazón de quienes, por ser soldados, por matar y correr el riesgo de morir, si es que no mueren finalmente, no dejan de padecerla. Imprescindible.
Una película dura, donde el espectador puede comprobar las secuelas de una guerra, no sólo físicas, sino también psicológica, y lo terrible de sentirse extraños en una vida que era su vida antes del conflicto y en la que no consiguen encontrar su sitio después.
Creo que la frase que elegiste, unido a la escena, muestra al espectador la difícil tarea de retomar una normalidad y una rutina.
Sin duda, una verdadera joya del cine, desgarradora pero a la vez dejando un pequeño espacio para la esperanza.
Un beso.
P.D: Me encantó regresar y encontrarme con esta película.
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