"Sus palabras me rompen este corazón
Su angustia me atrapa y ahoga mi emoción
Violines que duelen sin comparación
Me destrozan y enturbian toda mi razón
Su sinceridad quebranta el duro armazón
Sin saberlo respiro su respiración
Me contagia y entono su misma canción
Sigue intentando explicarse otro tropezón
¿Dónde te encuentras hoy?, reclama el cantante
Está condenado a la eterna soledad
Tuvo felicidad tan sólo un instante
Él pide porque suele dar sinceridad
Pero de recuerdos debe ser rumiante
Y este mundo está lleno de amarga maldad"
Hace poco tiempo tuve otro tropezón y pareció volverse todo negro. Solía encerrarme en mi habitación y escuchar los discos más duros y tristes de Sinatra a la luz de un azulado neón. Cuando Frank grabó estos discos también atravesaba una mala época. No soy sólo yo el que afirma que su estado de ánimo es contagioso y, de alguna manera, te lo traspasa a través de su voz. Así que a ese efecto va dedicado este soneto. Gracias Frank, gracias por hacerme sentir tanta amargura que me haces recuperarme.
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