jueves, 28 de enero de 2010

"El último refugio" (Relato corto)


"Hace aproximadamente dos años recuerdo que descubrí en mi ciudad un escondido y olvidado reducto para el jazz, un lugar donde los recuerdos se materializan en lágrimas de alcohol resbalando por las curvas sonoras de un ahogado saxofón. Allí, tras doce horas de monótono trabajo, reposaba mis huesos sobre una oscura caoba barra de bar tratando de materializar el caoba de aquéllos ojos que esas noches no podía más que soñar. Trago a trago y nota a nota conseguía calentar el cuerpo enfriado por el crudo y solitario invierno, y reconfortaba un maltrecho corazón que se agrietaba a cada suspiro que bombeaba. Aquél lugar se llamaba apropiadamente "Ragtime" y la dulzura que emanaba un lejano piano compensaba la amargura de no tener su cercanía. Allí, con la amable conversación de un simpático y apiadado barman y con las dulces baladas de jazz, podían dar las tres de la mañana que yo ni siquiera me inmutaba. Ya podía incluso amanecer que en mi noche eterna seguía reinando la tiniebla sin luna. Así, unas noches, despistaba a la madrugada en brazos del alcohol. Otras noches, sin embargo, mis calles grises me dirigían a un club de jazz donde tocaba un viejo alcohólico pianista apodado "maestro" al que yo le auguraba, apenado, pocos días más de vida. A pesar de la extrema vejez de su cuerpo y la gran cantidad de alcohol que habitaba en su estómago, aquéllos huesudos y alargados dedos seguían tocando el jazz de su piano de forma vertiginosa y magistral. También fueron innumerables las madrugadas que desheché en ese oscuro local lleno de niebla artificial provocado por el sueño irreal de un viejo desamor carcamal.

Al cabo de los años he regresado a esas calles del olvido y allí, como siempre, he recordado que la música de jazz te ayuda a terminar las cosas que salen mal para volver a empezar de forma elegante resurgiendo de tus propias cenizas, o de las cenizas de aquél cigarrillo a medio fumar. Las cenizas, al contrario de lo que cree mucha gente, no se las lleva el viento pero sí que te ayudan a aprender y te hacen más sabio. Con lo cual, la nueva vida siempre es mejor que la difunta. Paso a paso volví al "Ragtime" con la sóla idea de refugiarme en el último reducto donde se puede soñar con volver a empezar. Allí, irónicamente, volví a encontrar al "maestro" pianista que había sobrevivido a su última tormenta de whiskey y que estaba como nuevo, con su impecable traje gris y sus largos y huesudos dedos abrazados a una nueva copa de un ligero brillo extraño. Allí, también, encontré una mirada que me traspasó para llegar a ese lugar donde nadie antes había llegado y entonces creí en ese "volver a empezar" que, por ejemplo, nos propuso Garci hace ya algún tiempo. Yo arrastré a aquélla chica a mi bulevar de los sueños rotos y juntos forjamos los nuevos sueños sobre los que construir el mañana soñado. Entonces advertí cuánto tiempo había perdido en la barra del bar acodado."
Sarah Vaughn("The shadow of your smile"):

He creído conveniente esta canción para ambientar...

"RAGTIME" es un Pub de Zaragoza que no deben dudar en visitar para disfrutar del mejor jazz. C/ García Galdeano, 8.

13 comentarios:

Kinezoe dijo...

Gran ambiente el que lograste crear en este relato, amigo. En esos garitos de la noche, entre la neblinosa atmósfera creada por el humo exhalado por cientos de almas en pena, que más que personas parecen ya pequeñas chimeneas, en esos garitos, decía, a veces se le ilumina a uno la "bombillita" y cree dar con la clave para encauzar de nuevo su vida o darle un aire algo más alegre... Supongo que nunca es tarde, si la música es buena... ;-)

El título de tu entrada me hizo recordar también una espléndida película protagonizada por nuestro querido Bogey a principios de los 40. A ver cuándo le vuelvo a echar el guante a "High Sierra"...

Gran relato, Dana. Saludos.

Anónimo dijo...

Yo frecuentaba un bar de jazz hace muchos muchos años del que nunca creo que me vaya a olvidar....

aquel lugar comparte muchos detalles de los que hablas en tu relato.

Me ha gustado, feliz fin de semana.

David dijo...

Pues sí. Desde luego creas "ambiente" en el relato... Se me "rompe" un poco cuando citas Volver a empezar de Garci, porque hasta ese momento tiene un aire tan... bueno, es difícil de explicar. El tema para acompañar, genial. Un saludo.

Francisco Ortiz dijo...

En ningún sitio mejor que en ese bulevar.

Marcos Callau dijo...

Muchísimas gracias Kinezoe. Ese ambiente que también describes tú con tu comentario es el que más me ha atraído siempre y he de confesar que lo he buscado mucho. Lo he encontrado cada vez que he escuchado "One for my baby" de Sinatra y lo he encontrado también en algún garito de la ciudad como el "Ragtime", "El cantor de jazz" o "El zorro". "High Sierra" es una maravilla...yo también la veré dentro de poco.

Gracias Bogart. Precisamente "El cantor de jazz" fue un Night Club que yo solía frecuentar (Night Club de jazz... no entendamos otras cosas...jeje) pero, al final, creo que les prohibieron tener música en directo. Una pena.

David, muchas gracias. Agradezco que comentes el tema de Sarah Vaughn, un clásico de Tony Bennett que también abordó Sinatra en Las Vegas con la orquesta de Count Basie. En cuanto a "Volver a empezar"... para mí es una de las mejores películas que se han realizado en España y la única que realmente fue merecedora del Oscar que ganó.

Muchas gracias Francisco por comentarme. Me gusta que nombres la palabra bulevar. "Boulevar of broken dreams" es una gran canción de jazz que también interpretó Tony Bennet y que, recientemente, perfeccionó Diana Krall con su voz de humareda.

Aniovedh dijo...

Como comentan arriba, perfecto ambiente, hace como un año igual frecuentaba un lugar de Jazz, sin embargo el tiempo se agota y no he podido ir ya, debo admitir, que lo hecho de menos. Perfecta entrada, saludos.

atikus dijo...

Estupendo relato, e curioso porque aunque el Jazz no lo escucho demasiado si me gusta ese ambiente de bar con musica de Jazz.

Saludos

Pilar dijo...

UN CLAROSCURO PERFECTO. TANTO COMO ESA SOMBRA DE TU SONRISA QUE LOGRA ENCONTRAR AL FIN.FELICIDADES DANA.

Marcos Callau dijo...

Muchas gracias Aniovedh. Cuando te acostumbras a buenos ambientes es difícil dejar de visitarlos y, con el tiempo, se echan de menos.

Gracias Atikus. Pues también es curioso que a mí me ocurriera lo mismo. Yo he escuchado toda mi vida a Frank Sinatra pero eso no es jazz puro. Cuando empecé a visitar clubs de jazz me interesé por su música y a día de hoy me encanta escuchar jazz...aunque no todo tipo de jazz.

Muchas gracias, pilar, me ha encantado tu definición de claroscuro. Celebro que te gustara "The shadow of your smile".

Anónimo dijo...

Chapeau, sí señor, y con la banda sonora ambientando mientras lo lees, de vicio. Y qué decir de enlazarlo con un título con esas reminiscencias de cine negro del bueno... Combinación agradablemente explosiva.

Marcos Callau dijo...

Gracias, Alfredo... ya decía yo que no pasarías por alto la conexión con esa gran película. Realmente la canción "The shadow of your smile" la incluí para que fuera escuchada mientras se lee el relato, así que muchas gracias por hacerlo.

Amaya dijo...

No tengo mucho más que decir a los elogios anteriores. Estupendo relato y buenísmima banda sonora (puede que el jazz tenga menos tirón comercial que otros estilos pero cuando te atrapa...)
Un saludo

Marcos Callau dijo...

Gracias Amaya. Lo encantador del jazz es que no tiene ningún tirón comercial (el jazz puro, quiero decir). Es la música perfecta para escuchar a altas horas de la madrugada. Si la quieres escuchar para empezar bien el día siempre nos quedará el swing de Bobby Darin, Frank Sinatra, Dean Martin o incluso Bing Crosby.