EL HOMBRE SENTADO
Estatua de "El hombre sentado" admirando la Torre Nueva de Zaragoza, hoy desaparecida |
No había podido pegar ojo en toda la noche. Todo el tiempo estuve pensando en ella, imaginándola en brazos de otro hombre. Creo que todo empezó recordándola en mis sueños pero hoy su ausencia es tan cruel que ya no me deja ni soñar. Solo tengo que pisar la calle para recordarla, en cada esquina compartida, en cada semáforo con beso incluido, en cada banco del parque. Ella está en cada rincón de esta ciudad y a la vez, demasiado lejos de aquí.
Pintura de Pablo Gonzalvo de la Torre Nueva hoy desaparecida en Zaragoza |
Después de cruzar la madrugada en vela, decidí bajar a la calle para desayunar en una taberna irlandesa que acababan de inaugurar justo al lado de mi casa. Tras el café, para despejarme, salí a dar un paseo tan largo que la tarde se abalanzó sobre mí sin llegar a darme cuenta. Era una de esas tardes grises de diciembre en las que anochece tan pronto que toda la ciudad parece mimetizarse contigo, en una actitud osadamente camaleónica. Mis pasos, más o menos certeros, me llevaron hasta un lugar conocido como Plaza de la Torre Nueva donde se eleva la iglesia de San Felipe y a su lado, un monumento a una torre hoy ya inexistente. En su lugar se colocó la figura de un hombre sentado en el suelo, que admira el hueco donde debía estar la torre. Esta figura sedente siempre me ha recordado a mí mismo porque lo único que hace es soñar y admirar el pasado, lo que ya no puede tener. Cuando hoy, de nuevo, me he encontrado en esta plaza he podido comprobar que un viejo camión de reparto se interponía entre el hombre sentado y su objetivo imaginario. Después de esta imagen tan desalentadora fui a cenar algo en uno de esos maravillosos establecimientos de la cercana calle Méndez Núñez.
Al terminar, volví a la plaza para comprobar que, efectivamente, el camión seguía ahí pero el hombre sentado había desaparecido. Así de triste es esta ciudad al anochecer, pues hasta una estatua puede dejar atrás el pasado, antes que un hombre de carne y hueso. Así de triste es esta ciudad de la que, sin embargo, estoy enamorado porque sé que mis pasos, más o menos desafortunados, caminarán eternamente sus grises calles de trémulos recuerdos.
FIN
Inscripción actual en el suelo de la Plaza San Felipe |
Todas las fotografías que ilustran este breve relato son de Amaya
29 comentarios:
Hola, Marcos. Pues no sé...Creo que el relato gana fuerza desde "En su lugar se colocó..." Creo que tarda en arrancar (a pesar de su brevedad. Será que hoy no tengo día, no me hagas mucho caso ;-)) Pero el final me gusta. Las fotos de Amaya están bien.
Un saludo.
Qué penita que todo desaparezca...hasta lo más historico y emblemático de las ciudades se esfuman con el tiempo, dejándo vacios en nuestras calles y en los corazones pues forman parte de nosotros de nuestra vida, recuerdos de etapas históricas y pesonales.
¿Sabes nosotros también tenemos una calle llamada Méndez Núñez? sisi...y también tenemos a una estatua, un hombre sentado con una boina (propia de la Mancha) y leyendo un libro en un bancon con las piernas cruzadas, de espaldas a la Iglesia de la Plaza. Tiene poquito tiempo, esa es la diferencia jejeje...Bonitos recuerdos de amor, quédate con eso...con los buenos momentos vividos..
Feliz noche Marcos..
Besitos de oro..muakkk!
Hola, Marcos. Qué relato tan bonito. Me he metido en la historia desde el comienzo. Me gusta cómo enlazas unos pensamientos con otros.
Qué pena cuando desaparece algun elemento que, durante un tiempo, formó parte de ese paisaje. Da lo mismo que sea un edificio, un monumento, una fuente..
Me gusta esa figura del hombre sentado.
Un beso
Hola David, me alegra verte de nuevo por aquí. Con el comienzo intento presentar a un personaje que camina vagando por las calles de la ciudad que más bien son recuerdos. Quizá la ambientación e quedó algo prolongada y por eso te ha resultado así a pesar de ser breve. Muchas gracias por leer, David y comentar. Un abrazo.
Hola Época. La verdad es que hay muchos nombres de calles que se repiten. Eso sí, varía mucho la importancia de cada una. La estatua del hombre sentado no es antigua. lo que sí fue antiguo y desapareció fue la Torre. Esa estatua de la que hablas tiene que ser un lugar precioso. Habrá que visitarlo. Feliz noches. Besos.
Hola Myra. Da mucha pena, sí, sobretodo cuando era una torre tan importante. De todas formas no hay nada como el recuerdo para esos edificios que ya no existen. Aunque pueda parecer otra cosa este relato es una declaración de amor a una ciudad y a sus elementos desaparecidos. Besos Myra.
Un relato melancólico, la desaparición de una estatua, del hombre que sueña inerte sobre el suelo, así de complejos podemos ponernos. Puede ser la propia proyección de querer desvanecernos, de dejar atrás el dolor. Simples divagaciones que se desprenden de leer tu microcuento. Un abrazo.
Mario.
Hola Mario, bienvenido a este rincón. Mucas gracias por dejar tus palabras y esas divagaciones tan acertadas. Un saludo.
Arvikis
Un relato estupendo Marcos, me ha gustado porque te atrapa desde el principio. Felicidades a Amaya por las fotos.
Un abrazo.
Javier
La nostalgia que puñetera puede ser, algunas veces como la carcoma que te va dando pequeños mordiscos de tristeza.
Gracias Javier, transmitiré tus felicitaciones. Un fuerte abrazlo.
Muy bonit tu comentario y muy realiste, Pepe. Un saludo.
De nuevo un buen relato, Marcos, y todo un canto-homenaje a la Torre Nueva. Recuerdo la estatua cuando pasé por Zaragoza. De perfil me recordó a Dana Andrews y ahora veo que has puesto una imagen de "Fallen Angel" en tu blog ¿Casualidad? Saludos. Borgo.
Pues sí, es casualidad Miquel pero ¡vaya casualidad!. A mí siempre me ha gustado mucho el actor Dana Andrews y por eso lo elegí durante un tiempo como seudónimo. "Fallen angel" también es una de las películas que más me gustan. Muchas gracias Miquel. Un saludo.
Qué curiosa paradoja que alguien que admira el pasado se vuelva también pasado.
Y qué manía de quitar cosas como si lo anterior no existiera.
Que bela! O que aconteceu a Torre Nova?
www.ofalcaomaltes.blogspot.com
Es uno de mis rincones preferidos. Y el relato también. Un abrazo.
Un paseo por Zaragoza de tu mano, desde la mañana a la noche.
Bien contado.
Por cierto, la fotografía que encabeza tu blog, es de la película ¿Ángel o diablo?
Saludos.
Estos días no he tenido tiempo de visitarte y regreso para que me acompañes a visitar un pequeño rincón de esa ciudad que tan buenos recuerdos me trae.
¿Que pasó con la torre Marcos?¿Acabó cayéndose de vieja? o se diluyó en las lágrimas del hombre que la contemplaba.
Un abrazo
Se nota que te encanta tu ciudad... Bonita entrada, Marcos. Y sí, me sonaba esa figura del hombre sentado ;-)
Un abrazo.
Estupenda la paradoja Félix, muchas gracias por venir aquí a leer y a comentar, es un placer. Realmente nadie quitó la Torre Nueva sino que de no hacerlo se hubiera derrumbado por un problema de construcción. un abrazo Félix.
Hola Antonio. Un problema de construcción con la torre hizo que se inclinara demasiado y corría inkinente peligro de derrumbarse. Un saludo.
Muchas gracias Manchas. Por eso lo he publicado, por lo que me dijiste de él. Un fuerte abrazo y gracias por tus palabras que me hacen apreciarlo mucho más que antes.
efectivamente, Javier, es "Fallen andgel" io "Ángel o diablo" del ENORME Otto Preminger. Un abrazo y mil gracias por tu opinión.
Bienvenido de nuevo Yuri, es un placer volverte a encontrar. Yo prefiero pensar que se diluyó en lágrimas. Un abrazo, amigo.
Gracias Kine. Sí, lo admito, soy muy zaragozano jejejeje. un abrazo.
Nostalgias, añoranzas, pérdidas; todo eso transpira en tu hermoso relato, compa Marcos. Son sentimientos nobles y profundamente humanos; de todos modos, sobre ellos también se construye lo nuevo, lo que nos vuelve a entusiasmar, a atrapar, a generar nuevo material para sueños y ficciones. Quizá esté bien que así sea: un ciclo de destrucción/creación inagotable...
Un fuerte abrazo y seguimos trasteando.
Genial la conjunción de las fotos y el texto. Qué nostalgia...
Muy bonito tu comentario, compa Manuel. Invita a la reflexión. Es bueno recordar el pasado pero también recibir el presente como se merece. Un abrazo.
Me alegro que te haya gustado la presentación, Roberto. Mucha nostaliga se respira por las calles de Zaragoza. un abrazo.
Muy bien este paseo por tu ciudad, me gusta la imagen del hombre sentado, la comparación de su contemplación de la nada con la del caminante melancólico y añorante.
Besos, también para Amaya.
Muchas gracias Pilar. Es un placer que te acerques por aquí a pasear virtualmente por mi ciudad. A ver cuando es real el paseo!... Besos.
Hola, Marcos!
Recuerdo que me llamó la atención tu anterior post sobre la estatua del hombre sentado y el relato me ha hecho reflexionar sobre el pasado y los continuos cambios que demuestran que nada es imperecedero.
Muy buen relato tanto en estructura como en contenido!
Pues muchas gracias Mucipa. sí, recuerdo que allí también comentaste. Muchísimas gracias por seguri aquí. Besos.
¿Te he dicho que me encanta que cambies de imagen de cabecera? Son todas preciosas.
Adoro ese amor que tienes por la ciudad en la que vives, lo cercanas que son siempre tus letras, palpables en alguna pintura, alguna escultura, algún parque… conviertes lo real en una historia de amor abandonado a la que yo siempre vuelvo.
¡un abrazo!
Muy bvbonito tu comentario crónicas, estoy muy agradecido. Es un placer tenerte paseando po las calles de Zaragoza. Un abrazo.
Cuantas cosas nos puede decir, podemos ver, en un hombre sentado. vemos soledad, vemos pensamiento, vemos terquedad, vemos un hombre.
Muchas cosas y en definitiva solo un hombre, como todos. Muy bueno, Alma. Gracias.
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