sábado, 12 de junio de 2010
De trenes y soledades
Quizá sea un bolsillo en mi jardín número veintiocho
o mil madrugadas agolpadas en tus ojos
asomados a los suyos, quemando a los míos,
hiriendo a "los tuyos"
O un tren furibundo que huye despavorido
ferrocarril fugado de la estación del campo-sepulcro
Hoy de tus memorias quieren hacer delicias
convertirte de primera cuando fuiste sólo oscura
triste portillo de cercanías, de hollín, de carbón
de sucios andenes despoblados y malditos
Hoy un ave de altos vuelos surca un cielo azul
demasiado azul para esta ciudad gris
un jueves entre el lunes brillante y el domingo prometedor
Quizá yo sea el ferrocarril moribundo
el tranvía sepultado o el imaginado
a golpe de talón construído
en mi Gran Vía derruída
Quizá yo sea el río ocultado bajo las piedras
que inunda las fétidas arterias de la ciudad inmunda
Quizá yo mismo sea esta ciudad
o ese andén despoblado
que busca en una viajera solitaria
la acompañante ideal
en fuga para un beso a vapor
Hace unos días un buen amigo me regaló un libro del poeta zaragozano Miguel Labordeta titulado "Transeúnte central y otros poemas" de la editorial Marenostrum, que ya se encuentra entre mis libros favoritos. En el surrealismo de su estilo Labordeta se refería a su vida cuando hablaba del jardín. Por ejemplo, "el jardín número veintiocho" sería al cumplir veintiocho años de edad. Otra de sus peculiaridades era ver su vida como un bolsillo roto por donde se escapaban los sueños. Pues bien, a Miguel Labordeta y a mi Zaragoza de los cambios va dedicado este poema que acaban de leer. Ahora me voy a dormir porque acabo de terminar la noche y me caigo de sueño. ¡Buenas noches!.
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29 comentarios:
Relojes, trenes, son muy evocadores y la foto acompaña. Me pregunto si el Ave y sus modernas estaciones inspiraran, alguna vez, toda suerte de inspiraciones poéticas.
Querido Marcos, estos días en los que he viajado mucho en trenes me acordaba en ocasiones de las viejas estaciones solitarias, de los trenes que entraban rugiendo en la estación, de horas tristes que pasaba sentado en los bancos de madera de tercera viendo alejarse el paisaje de mi juventud y aquel tren llevándome a otros sitios extraños.....en fin. Tal vez el AVE no es tan poético, pero aun queda gente con poesía y tú, Marcos, eres uno de ellos.
Un arazote.
Las estaciones siempre han tenido un componente romántico y aventurero sin igual. Hubo una época en la que iba a la estación a leer.
Un saludo
Marcos, amigo y poeta: me ha gustado mucho tu poema. Tiene un ritmo muy vital, un acento muy personal y ricas metáforas. Tu poesía parece que trepida, como si fuera ese tren de tu imaginación. Enhorabuena y un fuerte abrazo.
Olé.
Los trenes nos transportan, como los libros, como los sueños.
"Me monto en el ave, que rápido y suave me lleva a Sevilla, ¡ya estoy en Sevilla!", que diría Javier Krahe.
No creo Pepe, es demasiado rápido y no te deja pensar. Antes, en aquéllos largos viajes, te daba tiempo a hacer de todo. Ahora, ya no. La fotografía es dela estación del campo sepulcro de Zaragoza, que después se llamó del portillo.
Me encanta la descripción que has hecho de los viejos trenes que entraban rugiendo. Las estaciones antiguas con sus lentos trenes eran muy inspiradoras. Muchas gracias ANRO. Un abrazote.
Qué bonito. Últimamente. cuando visito Atochaz, encuentro a mucha gente leyendo. Pero no están leyendop porque esperen al tren. Leen porque han acudido a leer a la estación. Gracias Crowley.
Muchas gracias Fernando. Miguel Labordeta ha sido para mí una puerta abierta a una poesía metafórica y surrealista que me ha hecho aprender. Me gusta lo del tren de laimaginación. Un abrazo.
Manchas, conciso y breve pero efectivo... jeje. Muchas gracias amigo-s.
Es una pena que no de tiempo a escribir nada más...jeje. Buenos vehículos los que has citado. Un abrazo Roberto y gracias.
Que tal mi querido Marcos, pues creo que has aprendido bastante bien de Labordeta! Me ha encantado la forma metafórica en la que has escrito, que tal tu participación el día de ayer? Saludos.
Pues muy bien Aniovedh. La verdad es que estuve nervioso pero quedó muy majo y la gente estuvo muy animada. Gracias por tu interés.
Vaya,qué belleza de poema. La imágenes son profundas pero a la vez muy evocativas. También considero que las estaciones-algunas de ellas al menos- tienen mucho de melancólico y onírico. Sin ir más lejos cada vez que paso por Retiro (la estación de trenes central aquí en Buenos Aires) con su arquitectura tan peculiar es un verdadero arrobamiento de alma.
Muchas gracias Pabela. Sí, son muy oníricas, sobretodo las antiguas. Aquí en Zaragoza construyeron una nueva a la que pusieron de nombre Delicias pero la considero fría y sin ningún tipo de encanto. La del Retiro de Buenso Aires, ¿lleva mucho tiempo allí?.
Estoy muy de acuerdo con Aniovedh, un poema que, por lo que explicas, bien pudiera haber sido del gran poeta y, con algún significado más encerrado de los que se ven a primera vista... Un abrazo
Las estaciones de trenes siempre me parecieron lugares románticos, idóneos para realizar poesías. Aunque actualmente han perdido ese caracter tierno, sensible. Ya no es lo mismo de antes...¿Será que nos volvemos melancólicos?
Te acuerdas de la canción de Serrat "Penélope"?, siempre me gustó. Su escenario es una estación de tren.
Un abrazo y felicidades por tu poema.
Creo que a todos los que escribimos, una estación de ferrocarril nos llena de una especial melancolía por lo que se va y quizás nunca vuelva...Marcos tu poesía evocadora y que recoge a Labordeta, es muy bella...mi sincera enhorabuena por tu especial sensibilidad...un abrazo de azpeitia
Muchas gracias Amaya. La verdad es que una buena poesía también debe ocultar parcialmente algunos secretos.
Gracias pricesa. Efectivamente creo que esas nuevas estaciones no tienen niguna magia. Recurdo perfectamente "Penélope" es una de mis canciones favoritas de la discografía de Serrat. También me gustó mucho interpretada por Miguel Rios.
Muchas gracias Azpeitia. En efecto, estas estaciones guardan el eco de trenes quenunca más volverán a pasar, oportunidades fugadas. Un abrazo.
Un poema precioso, la verdad es que las estaciones son un objeto muy recurrente para escribir poesía. Sería precioso leer en un viejo tren, durante una larga travesía, como si de una novela se tratara.
Por cierto Marcos, deberías escribir tu propio libro de poesía (en el caso de que no lo hayas hecho ya). ¿Por qué no? Yo te aseguro que lo compraría, me gusta tu estilo. Te animo a que busques en los archivos del blog y saques los mejores, ¡anímate!
Muchas gracias Cendrero. Es una lástima que cada vez menos se pueda disfrutar de esos largos viajes en tren de antaño. A pesar de la comodidad de la alta velocidad, aquellos viejos trenes guardaban mucho encanto. Por tenerlo escrito ya lo tengo pero no publicado. En eso estamos. Muchas gracias por tus ánimos y tus palabras, es algo que agradezco mucho. Un abrazo.
Precioso post amigo.Las estaciones y los trenes son un tema que me gusta mucho,tanto en el cine como en la literatura.Antiguamente daban para mucho,hoy sigue existiendo esa desesperanza en las estaciones pero son un poco más feas.Hay más gente que van de la rutina al tedio.Los trenes llegan (la mayoría de las veces a su hora).No puedes acceder a la misma estación para despedirte de alguien,debes pagar el billete igualmente.Existes seguratas con sus perros y están rodeadas de cientos de cámaras.El tren tiene un arranque de vértigo.Ay,recuerdo en las antiguas películas cuando el chico o la chica seguía al tren para saludar a la persona amada.Ahora con esas velocidades..
Un fuerte abrazo.
Melancolías es lo que despierta pensar en las estaciones de antaño. Si hubieras visto la estación Delicias de Zaragoza, es un buen ejemplo de lo feas que son las estaciones modernas. Es curioso lo que comentas. Uno de mis primeros servicios como vigilante fue en la Estación Delicias. Cuando me dijeron que los acompañantes no podían pasar a despedir a los viajeros se me cayó el alma a los pies. Al menos, como trabajé fijo de noche la estación aún guardaba algo de melancolía a altas horas de la madrugada. Un abrazo, Francisco.
Los trenes y el cine... Hay un estudio tremendo sobre los trenes y los espejos en el mundo del cine que te deja los pelos de picos pardos. No ya por su capacidad evocadora, sino por su gran carga de significados y simbología, a menudo sexual...
Abrazos.
Otro tema de tertulia tenmos aquí, Alfredo. Guardo buen recuerdo de grandes películas con trenes de por medio y mucha carga sexual en el ambiente como en el caso de "Deseos humanos". Ahora que lo pienso muchas de mis películas favoritas tienen un tren de por medio: "Breve encuentro", "Extraños en un tren", "Casablanca" (Cuando Rick es abandonado en la estación de Paris)... Este tema da para mucho. Lo apuntamos.
Tienen su encanto las estaciones (antes más que ahora). Me gustó el símil del jardín (y el del bolsillo roto).
Un abrazo.
A mí también me gustaron estas metáforas de Miguel Labordeta. Las utilicé a modo de homenaje. Estoy deacuerdo en lo de las estaciones...como ya se ve jeje.
Buenas noches Marcos. Yo también me voy a dormir. Después de leer esto que nos trasladas hoy, da gusto terminar el dia así.
Un saludo.
Buenas noches Bruja Truca. Espero que sueñes con estaciones antiguas y trenes que una vez quisiste coger. Muchas gracias.
Esos trenes me hacen evocar.... muchas buenas historias se cuentan en esos escenarios, muchas peliculas los retratan.... evocan Marcos!
Gracias Gaabrielle por compartir tus pensamientos con nosotros. Parece que los trenes siempre son evocadores...
Me gusta: el tren es, además, algo muy sugerente y manejas muy bien sus contenidos.
Gracias Francisco. Un honor para mí tus palabras. Un fuerte abrazo y muchas gracias por pasar a leerme.
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