sábado, 27 de noviembre de 2010

La Biblioteca de Babel

En febrero de 2009 el poeta Fernando Sarría abrió su particular Biblioteca de Babel a disposición de todos los internautas que quisieran enviar allí sus relatos breves. Una página que se abrió inicialmente para tener un espacio deiferente a la poesía, para que los usuarios dispusieran de un blog distinto al suyo, una iniciativa digna de agradecer. Así que desde aquí animo a todos los blogueros para que envíen relatos para la biblioteca a esta dirección: fsabadia@live.com

Actualmente en la biblioteca nos podemos encontrar con relatos de Alfredo Moreno, Chesús Yuste, Laura Gómez Recas, Luisa Miñana, Manuel Martínez Forega, Madame Pompidou, Patricia Estéban, Raúl Ariza, Raúl Garcés, Reina, Roberto Malo y servidor escribiente entre muchos otros autores.

A continuación, A la luz del flexo, publicado en la Biblioteca hace ya un tiempo y en Jazzmen (Ed. Cartonerita Niña Bonita. 2011)


Nunca debí escapar de sus brazos, ni marchar de esas manos que me entendían y sabían acariciarme como yo quiero, nunca debí huir de aquél que me supo valorar. Pero así soy yo, siempre tan valiente y sin miedo a nada. Quería probar emociones nuevas y un nuevo estilo más acorde con estos tiempos, el viejo ya me tenía aburrida siempre empezando cosas que nunca llegaba a terminar. Una se cansa y se deja llevar por el instinto, por el primero que pasa y te engatusa con sus ganas de tocarte. Me olvidé del pasado, de todos los sentimientos y despojada de ellos aposté por una nueva vida con la promesa de nunca más volver la vista atrás. Después de todo, el cementerio está lleno de estatuas de sal demasiado sentimentales. Yo sólo pensé en avanzar, avanzar y seguir avanzando al ritmo que marcaba mi nuevo dueño. Seguí avanzando ciegamente hasta tropezar con el día de hoy que me encuentro aquí conmigo misma, pensando si realmente todo esto ha servido para algo o simplemente ha sido pura autodestrucción. Mientras mi amante anterior se acercaba a mí con suavidad, éste me posee brutalmente… aunque yo no quiera. Mientras uno me acariciaba con delicadeza, éste me pulsa a golpes, me aporrea y me maltrata. Esta noche, a la luz del flexo, sólo soy una vieja y seca máquina de escribir de segunda mano soñando con que regrese mi antiguo poeta.

17 comentarios:

ANRO dijo...

Un relato precioso que me recuerda un poema de Dori Previn, por lo de los dos amantes.
Que pases un buen domingo, amigo.
Un abrazote.

Pepe Cahiers dijo...

Buen relato para las máquinas de escribir, olvidadas ya por el tiempo. Hoy en día supongo que añoraran los tiempos en que alguien era capaz de tocarlas. Por cierto, ¿es suyo el relato?.

Fernando dijo...

Estupendo y original relato, amigo Marcos. No me extraña que te den premios escribiendo como lo haces. Felicidades por esas iniciativas de recopliar relatos que se quedarían sin conocer a pesar de su buena calidad. Un fuerte abrazo.

Arvikis dijo...

Marcos muy bonito, es como las memorias de una máquina de escribir.
Javier

Anónimo dijo...

Buenos días Marcos....
brillante relato corto....ya pocos escriben en máquina y en papel..una pena(el gran Gala si que lo hace)...
una buena propuesta la de Biblioteca Babel..
saludos...
Apropósito aquí te dejo dos direcciónes de una amiga que escribe muy bien...
http://entrenubeymanzana.blogspot.com/

http://entrenubesymanzanas.blogspot.com/
y otro con calidad...
http://sumiderodepapel.blogspot.com/

Myra dijo...

Hola, Marcos. Me ha encantado este relato con sorpresa final..Precioso
homenaje a las queridas máquinas de escribir. Qué bonitas aquellas antiguas de color negro con las letras en dorado.

Un beso

Princesa115 dijo...

Ya conozco la página de Fernando y he leído más de un relato que allí se expone. Un tiempo pensé en colaborar, pero son tan maravillosos todos los que leí que pensé que no podría hacer nada comparable.
Me encantan los relatos breves y éste que nos muestra me dejó, ya en su tiempo, maravillada.

Te mando un beso Marcos

Marcos Callau dijo...

Gracias Antonio, realmente al principio parece que se trata de dos amantes. Un escritor amante de su máquina de escribir jeje. un abrazote.

Hola Pepe, el relato lo escribí hace ya mucho tiempo así que sí, yo soy el culpable de esa relación entre la máquina de escribir y el poeta. Un saludo.

Hola Fernado. Realmente es una iniciativa estupenda. Muchas gracias por tus palabras. un fuerte abrazo.

Gracias Javier. Si las máquinas de escribir hablaran... ¿cuántas cosas nos podrían contar?. Yo creo que algún secreto deben guardar, como todas las líneas inéditas que acaban en la basura. Un abrazo.

Es más eficaz y rápido el método de escribir de hoy en día pero se echa de menos ver folios manuscritos o la típiica letra de una máquina de escribir. Las originales, no esas eléctricas que ya se parecían tanto a un ordenador. Pasaré por esas páginas que me recomiendas. Muchas gracias por pasar Lázaro.

Myra, precisamente a las que me refiero yo es a las antiguas y no a esas últimas que sacaban, tan eléctricas. Esas máquinas negras con las teclas bien resaltadas son ya piezas de museo, aunque aún sé de algún escritor que escribe en máquina de escribir antigua. Una buena costumbre. Un beso.

Pues deberías de animarte y enviar algo, Princesa. Muchas gracias por ser tan amable con mis relatos. Besos.

abril en paris dijo...

Preciosa metáfora. Unos amantes y una vieja máquina de escribir.
¡Me ha encantado como describe la relación y el final !.
Un beso literario :-))

Marcos Callau dijo...

Muchas gracias literarias Abril. Me alegra que te haya gustado esa metáfora. Un beso parisino.

roberto dijo...

Buen relato, me ha encantado. (Yo también soy un nostálgico de las máquinas de escribir.)

Y menuda compañía la que tienes en la Biblioteca de Babel...

Sr Nocivo dijo...

Precioso y triste relato, la verdad es que el ruido del tecleo de las máquinas de escribir rea precioso, los ordenadores son tremendamente impersonales.
Visitaré de vez en cuando la página que recomiendas.

Marcos Callau dijo...

Hola Roberto, creo que tú sabes algo de máquinas de escribir ¿no?. Sí, tenemos allí buena compañía... Espero pronto ver otro relato tuyo por allí. Un abrazo.

Hola Sr. Nocivo. Sí, era un sonido precioso, nada comparable con el teclado. Recuerdo una película de Jerry Lewis en la escribía en una máquina de escribir imaginaria. Es desternillante. Muchas gracias y un abrazo.

Pilar dijo...

Me gusta, me gusta mucho, mucho.
Un abrazo

Marcos Callau dijo...

A mí también, tu comentario. Gracias Pilar ¡así da gusto!.

cronicasdediaslluviosos dijo...

¡Me he quedado muda cuando he leído lo último! Pero qué bonito ¡Me encanta! Me ha robado el corazón ésta máquina de escribir. Adoro estos relatos intensos, en los que uno tiene que prestar toda la atención a cada palabra y al final… ahí llega, la revelación, el cambio, aquello que da sentido al resto, pero no cualquier sentido, sino uno que no esperabas, uno nuevo, uno precioso…
Qué bonito.

Un abrazo entusiasmado.

Marcos Callau dijo...

Vaya, pues muchas gracias "Crónicas" por tus palabras entusiasmadas. Siempre las máquinas de escribir me han suscitado mucho cariño. Un fuerte abrazo.