martes, 19 de julio de 2011

Nuevas leyendas aragonesas (Mira. 2011)



Recuerdo que era verano. Una noche, después de una tarde tormentosa típica de montaña,
el tiempo había refrescado de tal manera que no se podía estar en el porche, después de cenar. En la sala de estar, toda la familia rodeaba la mesa y a la luz de un pequeño candil situado en el hueco de la chimenea, mi abuelo y su hermano nos contaban leyendas antes de ir a dormir. Normalmente eran historias de miedo, de fantasmas y aparecidos. Estas historias formaron parte de mi niñez y especialmente de esos veranos que transcurrían sin prisa en el pequeño pueblo pirenaico de Santa Cruz de la Serós.
Santa Cruz de la Serón, debajo de San Juan de la Peña, bien pudiera ser también un perfecto escenario para alguna nueva leyenda aragonesa

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, sin embargo, la tradición de contar buenas historias nunca pasará de moda. Y precisamente en ello emplean su tiempo los autores del libro Nuevas leyendas aragonesas (Mira. 2011), Óscar Bribián, David Jasso, Roberto Malo, Fermín MorenoJosé María Tamparillas y Juan Ángel Laguna Edroso. En este libro los autores renuevan la tradición de las leyendas (historias que normalmente albergan ese necesario factor mágico o misterioso) y la reinventan, adaptándolas a los nuevos tiempos. El componente terrorífico está presente en la práctica totalidad de las narraciones, cuando no está sustituído por el misterio y resulta especialmente escalofriante en determinados momentos. Decidí, como lector, que lo más acorde con la temática de las historias que completan este libro sería realizar la lectura únicamente de noche y he de confesar que con esta decisión me gané a pulso alguna madrugada de insomnio y pesadillas sobre muertes, apariciones, brujas, abduciones o monstruos descomunales.

Óscar Bribián abre el libro con La leyenda de Escriche. En este relato Óscar resucita una vieja historia que casi había desaparecido en el olvido. Sitúa la acción durante la Guerra Civil, en el frente de Teruel. Bajo unas condiciones climatológicas heladoras, con temperaturas de hasta veinte grados bajo cero, cobra vida ante nuestros propios ojos la brutal bestia de Escriche.

David Jasso nos estremecerá hasta la saciedad con un terror tan agónico que asegura alguna que otra pesadilla nocturna (hablo por experiencia directa). En su terriblemente heladora historia no solo nos congela el corazón con fatales sucesos sino que escarba también en los fracasos sentimentales, la traición y la infidelidad como un trasfondo que hace crecer a esta escalofriante historia ambientada alrededor de un nevero, en Fuendetodos.

Roberto Malo introduce la nota de color con su Rayo rojo, una historia de abduciones extraterrestres en Teruel. Con este relato Roberto aporta la necesaria nota de humor (eso sí, de humor negro) que el lector, a estas alturas del libro, ya va agradeciendo. Una vez más, derroche de imaginación y fantasía a cargo de Roberto.

Fermín Moreno traslada su historia a un futuro apocalítico, con una Zaragoza inundada en la que, por ejemplo, es necesario acceder al Pilar en barca. Reinventa la tradición del Cipotegato en Tarazona convirtiéndola en una oscura maldición mientras la sociedad parece estar dominada por una secta fanática religiosa.

José María Tamparillas traslada su relato a un pueblo perdido del Maestrazgo. En él se intenta explicar la razón por la que un pueblo va quedando abandonado, poco a poco y al final olvidado, sumido en las sombras. Una enigmática historia la que ofrece José María.

Por último y cerrando la colección tenemos a Juan Ángel Laguna Edroso que traslada la acción a mi querida Jaca (incluso introduce en la historia el bar Ulzama, uno de mis cafés preferidos), a Canfranc y al pueblo de Binara donde tendrá lugar una terrorífica historia de brujas y muertos que nos visitan en las noches.

Espero que después de leer Nuevas leyendas aragonesas logren esquivar las pesadillas pero, no seamos ilusos, creo que será más que complicado.

21 comentarios:

roberto dijo...

Mil gracias por la reseña, Marcos.

Me parece muy acertado eso de leer el libro de noche, a la manera de las historias de campamento.

Y ya sabes, tener pesadillas es buenísimo para el organismo (lo dicen los expertos en sueño).

Un abrazo.

Marcos Callau dijo...

Según de qué trate la pesadilla ¿no?. Enhorabuena por este trabajo, Roberto. Un abrazo.

Oscar Bribian dijo...

¡Qué bien, otra reseña positiva! Muchas gracias por las palabras que nos dedicas, Marcos.
Un abrazo,

Óscar Bribián

Marcos Callau dijo...

Un abrazo y enhorabuena por el trabajo. ¡Vaya monstruito el de Escriche!

Chechu Rebota dijo...

Pues parece un libro realmente interesante, a ver si lo encuentro y tengo la oportunidad de leerlo... de noche, como debe ser.

El Tirador Solitario dijo...

Interesantísimo; Marcos, gracias por la reseña y dárnoslo a conocer...ese libro promete..

Anónimo dijo...

Tomo nota de tu recomendación, me parece muy interesante.

¡Aunque si da miedo...!!!

Un saludito.

Ana

Licantropunk dijo...

El cuento y la lumbre, no hay una combinación más aterradora. Y a ello se le añade un caserón de pueblo, donde todo cruje, la madera gime, y las paredes huelen a antiguo. Sí, el que no pasó de pequeño un verano en el pueblo, no sabe lo que se perdió.
Buen libro.
Saludos.

Marcos Callau dijo...

Lo es, lo es, Señor Nocivo. Aquí encontrarás más información sobre el libro: http://nuevasleyendasaragonesas.wordpress.com/

Gracias Tirador por coger la recomendación. Un abrazo.

Sí que da pero ahí está la gracia, Aventarte. Mil gracias por pasar.

Es verdad Licantropunk, este tipo de leyendas están en la memoria de todos. Muchas gracias por pasar. Un abrazo.

Clementine dijo...

Buena presentación del libro haces, Marcos, ya he tomado nota. Eso sí, yo no me lo leeré de noche. Besos.

Marcos Callau dijo...

Y eso???? Nada, nada... de noche y a la luz de la hoguera jejeje Bueno, como tú quieras. Espero que te guste. Gracias por pasar Clementine. Besos

juan andrés estrelles dijo...

Excelente reseña la que nos dejas. Realmente dan ganas de echarle mano cuanto antes y adéntrate en esas historias. Personalmente suscribo la opción de una lectura a media noche, rodeado de un grupo de amigos. Apuesto por un éxito asegurado. Un abrazo.

Innsmouth dijo...

Muchas gracias por la reseña...
Da tanto gusto hacer pasar miedo, hacer disfrutar a un buen lector.

Clementine dijo...

Sí, Marcos, en esta ocasión será como yo quiera, que yo no soy tan intrépida como tú en estas cosas y así tengo el resto del día para ir asimilando estas historias tan tremendas.
Y las gracias por pasar te las doy yo a ti, es siempre un placer asomarse a este blog tuyo. Y al otro, y al otro... Besos.

Marcos Callau dijo...

Me alegro que te haya gustado Juan. Yo también aseguro ese éxito. Un abrazo.

El gusto es para el lector, Jose María, te lo aseguro; eso sí, después de haber superado el miedo. Muchas gracias por pasar.

Bueno pues, a tu manera entonces, Clementine. Besos.

Ricardo Miñana dijo...

Pasaba a saludarte y desearte un feliz día de la amistad.
que tengas una buena semana.
un abrazo.

Marcos Callau dijo...

Igualmente para ti, Ricardo. Feliz día de la amistad. Un abrazo.

Juan Herrezuelo dijo...

Cómo me alegra saber que tu generación no se perdió el placer de escuchar en familia, de noche, historias de aparecidos. Qué triste sucedáneo ese abandonarse frente al televisor. Imposible no pensar en aquella noche, también de verano y también fresca, en que Byron, su médico personal, Polidori, y los Shelley, entre otros, pactaron escribir sendas historias de terror, naciendo así Frankenstein.
Este libro a doce manos del que hablas tiene el tacto de la piel erizada y suena como ese crujido repentino al fondo del pasillo cuando estás solo en casa. Apetece. Un abrazo tembloroso.

Marcos Callau dijo...

Vaya noche aquellLo has definido muy bien, amigo Juan. Muchas gracias por ese comentario tan acertado. Un abrazo.

Manuel Márquez dijo...

Si los relatos están escritos, compa Marcos, con el mismo talento y entusiasmo con que tú los has glosado, te puedo asegurar que han de merecer la pena, y mucho; bien contentos se pueden sentir los autores de contar con un patrocinio crítico como el tuyo...

Un fuerte abrazo y buen fin de semana.

Marcos Callau dijo...

Las reseñas no son lo mío, compa Manuel, pero intento trasladar lo que yo he sentido al leerlo. Realmente es un libro muy recomendable. Un abrazo.