miércoles, 16 de marzo de 2011

A woman's face (George Cukor. 1941)

Fotografía publicitaria para la película.
Una vez de vuelta a la ciudad y a las noches, quiero volver también a hablar de CINE, así escrito, con mayúsculas. En 1941 George Cukor dirigió A woman's face (Rostro de mujer, en España), un remake de la película sueca Kvinnas Ansikte protagonizada por Ingrid Bergman y dirigida por Gustav Molander en 1938 que, a su vez, ya era una versión de la obra francesa Il Etait Une Fois (Francis Croisset. 1933). A woman's face supone otro claro ejemplo de cómo se debe utilizar el flashback para ir contando magistralmente la enrevesada trama de una historia de intriga. La acción comienza en un juicio por asesinato donde la acusada es Anna Holm (una joven y bella, a la par que misteriosa, Joan Crawford). A través de cada testigo Cukor va contando la difícil vida de Anna y con cuentagotas va desvelando, poco a poco, las pistas que el espectador deberá hilar para conocer profundamente a ese misterioso personaje principal y llegar así al desenlace fundamental de la trama. Anna Holm es una mujer prisionera en un mundo hostil que la desprecia por su aspecto físico. En su niñez, Anna sufrió en su rostro las fatales consecuencias de un incendio en su hogar, provocado por su borracho padre, dejándola para seimpre marcada física y moralmente. Al sentir el rechazo y el odio del mundo entero Anna decidió sacar partido de las flaquezas y debilidades humanas y así entró a formar parte de una asociación encargada de realizar extorsiones, ajustes de cuentas, amenazas y chantajes a cambio de cuantiosas sumas de dinero.
Anna Holm (Joan Crawford) con la cara marcada
 Pero la vida de Anna cambió al conocer a uno de sus clientes, Torsten Barring (Conrad Veidt), el primer hombre que le demuestra un poco de cariño sin reparar en sus lesiones físicas. Anna, al encontrar por primera vez algo de amor, decide cambiar de vida y someterse a una operación de cirujía estética con el Doctor Gustaf Segert (Melvyn Douglas) quien le asegura un alto porcentaje de éxito. La operación resulta positiva y entonces Anna decide buscar a Torsten para comenzar una nueva vida junto a él y huir así del pasado. Pero Torsten es un hombre de muy buena familia que heredaría una gran fortuna de no ser por la existencia de un niño de cinco años, el primero en la línea de sucesión, que se hará con toda esa fortuna. Antes de olvidar el pasado y comenzar una nueva vida Torsten pide a Anna, como último trabajo, acabar con la vida del joven heredero. Anna acude a trabajar a la casa donde reside el niño como institutriz y comenzará a partir de este momento una lucha interna entre su cariño hacia el niño (cada vez más latente), sus deseos de cambiar de vida, alejarse del mal y sus deseos por conseguir al hombre que ama. La escena final, desarrollada durante una carrera de caballos, es apoteósica y acompañada con una fuerte carga de tensión pues está en peligro la vida del niño y esa nueva vida que Anna quería comenzar. Una escena magistral que solo un genio como Cukor pudo rodar. Estamos ante una gran película, muy recomendable y sin duda, ante un papel magistral e inolvidable de Joan Crawford.
Un fotograma que expresa perfectamente la lucha entre el bien y el mal. Anna (Joan Crawford, iluminada) quiere comenzar una nueva vida, alejada de la maldad. Torsten (Conrad Veidt, en sombra) desea impedirlo
El trailer oficial:


23 comentarios:

Javier Simpson dijo...

Me acuerdo de esta película de Cukor y del personaje de Joan Crawford, una mujer marcada por una deformidad física; creo recordar que tenía cierta carga de profundidad psicológica. Tengo buenos recuerdos de ella, aunque algunos no demasiado claros. Ésta no la programaron en el blog de David ciclos de cine. Yo había votado porque la pusieran. Un saludo, Marcos y buen post.

White Gold dijo...

Joan Crawford está sensacional. Me gustó muchísimo un plano, ya casi al final de la película, cuando la persecución en la nieve con los caballos, en el que Crawford saca de su bolso una pistola y la cámara la enfoca desde abajo y se ve todo oscuro y solamente su cara iluminada... se me pusieron los pelos de punta.

39escalones dijo...

A fin de cuentas, es una vuelta al Dorian Gray de Oscar Wilde, pero por el camino inverso.
En cuanto a la escena final, no "sólo" un genio como Cukor es capaz de hacer esas cosas: en el original sueco ya aparece.
Recuérdame que te comente alguna cosa más sobre este texto.
Abrazos.

David dijo...

Yo esta la vi hace no mucho... uno añitos... y bueno, pues entretenida sí, pero no me pareció una gran película.
De hecho, la tenía olvidada (por el título), pero al ir leyendo de qué iba, me he acordado.
Un saludo.

ethan dijo...

La tengo muy reciente. Es estupenda, con una Crawford fuerte en plena forma y un actor que siempre me ha gustado desde que salía a deambular por las noches siguiendo las ordenes de Caligari: Conrad Veidt.
Saludos!

roberto dijo...

Gran peli, gran actriz...

Myra dijo...

Hola, Marcos. Hace muchos años que no he vuelto a ver esta peli. Al mirar el vídeo la he recordado algo pero la tengo muy olvidada. Volveré a verla. Qué bien sabía dirigir Cukor a las mujeres.

Un beso

Marcos Callau dijo...

Eso me pareció Javi, que no estaba programada pra el ciclo. La verdad es que la deformidad física realmente no es tal sino unas secuelas de un incendio. Me pareció buena película y la carga psicológica no es tan agobiante, después de todo, como en otras películas. Un abrazo.

Esa escena White Gold es estupenda y la tensión está muy bien llevada por Cukor.

El camino inverso de Dorian Grey, no lo había pensado Alfredo. Sucede que yo no he visto la película sueca y que tengo unas ganas tremendas de verla. En cuanto te vea te lo recuerdo. Abrazos y gracias por comentar.

Para mí, David, no llega a ser una obra maesgtra pero está muy cerca. Quizá sobraba la carga psicológica de la que nos hablaba Javi antes. Un abrazo y gracias por pasar.

Conrad Veidt está estupendo, Ethan. Y también Melvyn Douglas está genial. La verdad es que los tres actores están en estado de gracia. Un abrazo y muchas gracias Ethan.

Deacuerdo Roberto, estamos deacuerdo. Casi me gusta más la actuación de la Crawford que la película. Un abrazo.

Sí, era especial en eso Myra. Me alegra que te hayan entrado ganas de verla. Besos.

Gárgola dijo...

Si es que la Crawford era mucha Crawford. No me imagino esta pelicula sin ella. Magistrales sus fotos del encabezado.
Un saludo

Marcos Callau dijo...

Desde luego, es determinante su interpretación en la película. No hubier asido lo mismo sin ella, tienes razón Gárgola. Un saludo y gracias por pasar.

abril en paris dijo...

¿ Que tiene éste cine que dan unas ganas de ponerse a verlo inmediatamente ? Cukor, formidable. Y ella tenia un rostro de rasgos muy poderosos.
¡ Gracias por recordarnosla !

Un besito :-)

Marcos Callau dijo...

Supongo que es la falta que vivimos hoy del cine de verdad. Realmente un gran papel de la Crawford. Besos, Abril.

Marisa dijo...

Películón según la describes, Marcos. Drama que se hace muy apetecible.
Gracias por dar a conocer ese CINE del bueno.

Un abrazo.

Arvikis dijo...

LA CRAWFORD, menuda mujer, esa si que era un Torrente, sin ser "Como un torrente" con nuestro amigo Frank. A mi me fascina en "Autum leaves" y la maravillosa canción de Nat King Cole.
Saludos a todos.
javier

Princesa115 dijo...

Hace muchísimo tiempo que la vi y apenas la recuerdo, pero gracias por mencionarla.

Un beso

Marcos Callau dijo...

Yo la acabo de conocer hace unos días, Marisa y me encantó. Muy recomendable. Espero que te guste. Un abrazo.

Una gran mujer que, además, tenía mucho parecido físico con mi abuela curiosamente. "Autumn leaves"...¡qué creación!. Una joya. Un abrazo Javier.

Me alegro de habértela recordado. Un beso Princesa.

Raúl dijo...

Un nuevo acercamiento a otra de las grandes, Marcos. Un acercamiento de lo más certero, por cierto.

Kinezoe dijo...

Me parece que no la he visto, pero menudos planos tiene la Crawford con esa pamela inclinada ocultando la mitad de su rostro... ¡Soberbios! Tengo que verla. Gracias por la recomendación.

Un abrazo.

Marcos Callau dijo...

Gracias Raúl. Es que es una película soberbia jejeje. un abrazo.

Hola Kine. Sí, me encantaron esos planos. Esta mujer tiene tanta costumbre de ocultar su lado derecho del rostro que hasta cuando ya está operada lo hace. Un abrazo amigo.

David Cotos dijo...

Las pélículas de los años 40 tenían mucho para hacernos reflexionar. Ojala en un futuro se vuelva a hacer un cine así. Saludos.

Marcos Callau dijo...

Hola David C. Me encanta la imagen que acompaña a tu nick. Es demasiado esperar del futuro cine que se asemeje a las obras maestras de los cuarenta pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde. En fin, confiaremos. Un abrazo y bienvenido al Sueño eterno. Gracias por pasar y comentar.

pepa mas gisbert dijo...

La lucha entre el lo que pide el amor y la devoción que origina el cariño, esa si produce cicatrices imborrables.

Marcos Callau dijo...

Efectivamente. Creo que la cicatriz que soporta aqui Joan Crawford es menos visual que la de su rostro. Besos, Alma.