lunes, 3 de mayo de 2010

Llegando al hogar


Hola lectores, buenas tardes. Hoy quiero escribirles para comunicar que esta noche comienza mi turno nocturno y taciturno. Si estos días me ven algo ausente se debe simplemente a las dificultades que encuentro para cambiar las horas de sueño. Antes de someterme a la noche quiero contarles una historia como excusa para dejarles una preciosa canción.

"Era un día gris de abril, hace un par de años. Yo caminaba con las manos en los bolsillos por el Paseo de la Independencia buscando un bar con luz amable que invitara a tomarse un café. Ante la ausencia de bar inspirador viré hacia la izquierda y en la plaza de Santa Engracia encontré el San Siro. Me disponía a entrar cuando me detuvo la suave melodía de una guitarra acústica callejera. Al instante reconocí la melodía. Se trataba de “Feel like going home”, una joya escondida en el único disco publicado por el grupo The Notting Hillbillies en 1990. A ese grupo pertenecía Mark Knopfler, en una de sus aproximaciones excelentes al country. Pues bien un guitarrista callejero estaba interpretando esa melodía que yo creía desconocida para el resto del mundo. Me dirigí hacia el músico callejero y, al terminar, le aplaudí. Acto seguido le invité a un café.

En el San Siro pude observar que el músico no tenía muy buen aspecto. Vestía un jersey bastante viejo, raído por las mangas y unos vaqueros descoloridos. Entablamos una conversación musical que rápidamente giró hacia el plano personal. Al menos coincidíamos en que los dos teníamos un padre que se había olvidado de serlo aunque su destino había corrido peor suerte que el mío. Su vida había sido siempre la guitarra y decía que se consideraba un músico viajante que iba en busca de un hogar para estabilizarse. Me dijo que una vez había encontrado una de esas chicas que guardan el secreto de tus sueños en el fondo de sus pupilas, que sentía mil razones para decirle que le quería pero que calló por no querer condenarla a una existencia errante. Yo le hablé de “trabajo” pero él decía que prefería tocar en las calles. Después seguimos hablando de música, de Mark Knopfler y de esa canción que interpretaba y que irónicamente se titulaba “Me siento como si llegara al hogar”.

Pasó el tiempo, pasó un año y yo fui a ver un concierto de los Eagles en Madrid. El día anterior al concierto acudí al Café Gijón de Recoletos donde tenía una cita con una vieja amistad. Me senté en una mesita que había al lado de la cristalera y pedí un Dry Martini. Tras el primer trago levanté la vista y vi que un hombre me saludaba desde una mesa que había al fondo del Café. Me acerqué y allí estaba mi viejo amigo, el músico ambulante, vistiendo un bonito traje de un color azulado acopañado de una mujer rubia de rostro sincero. Se levantó de su mesa y se acercó a mí:

- Hola, amigo. ¿Cómo estás?. Ven que te invito a un Manhattan. ¿Lo prefieres de bourbon?
- Por supuesto pero… aquí un Manhattan puede costarte un ojo de la cara…
- Tranquilo, las cosas me van muy bien. Trabajo en una orquesta y durante la semana en una fábrica. El sueldo está muy bien y vivo cómodamente.
- Entonces, ¿ya encontraste un hogar?

Mi amigo el músico pasó su brazo sobre mi hombro y señalando a la mesa donde estaba sentado me dijo:

- Ella es mi hogar.

Al fin aquél músico volvió a encontrar a la mujer que guardaba sus sueños en el fondo de una mirada. Aprendió a decirle "te quiero".

¡FELIZ SEMANA!"


Ahora les ofrezco un video memorable. Se trata de Tom Jones interpretando "Feel like going home" con un fondo excelente de guitarra interpretado por Mark Knopfler. Especial atención al solo de Knopfler.



PD: En el enlace de la Biblioteca de Babel el poeta Fernando Sarría ha publicado mi relato perdedor (me gusta llamarlo así) "Bajo la lluvia". La Biblioteca de Babel es un espacio creado por Fernando Sarría para publicar relatos breves. ¡Ánimo y a escribir!.

28 comentarios:

ANRO dijo...

Por ese concierto hubiera dado cualquier cosa, ¡qué maravilla el sonido de la guitarra!...¡Fenomenal!

Bueno tómate las cosas con calma, pero la verdad que el cambio de turno es algo bastante chungo.
Un abrazote.

Marcos Callau dijo...

Yo también hubiera dado cualquier cosa. Pude ver a Knopfler en el Pabellón Príncipe Felipe aquí en Zaragoza. Fue una delicia. Las noches son ispiradoras ANRO. Un abrazote, como tú dices.

Marcos Callau dijo...

La fiel lectora Ofelia, autora del blog mineralvegetal.blogspot.com continúa con sus problemas para publicar comentaros en su blog. Si a alguien más le ocurre esto, por favor, díganlo. Ofelia me envió el comentario por correo y yo lo publico aquí:


Hola Marcos
Me ha encantado tu relato, el vagabundo redimido por el amor y con esta memorable banda sonora. Es uno de los discos imprescindibles. Y el video...guau¡! Dos incunables entregados, relajados.... Un regalazo. Gracias por esta maravilla de entrada.
Besos**

Gracias a ti por estas palabras Ofelia y por admirar la buena música.

Pepe Cahiers dijo...

Amigo Marcos como se tu interés por una copia de "Perdición", te dejo una dirección en donde puedes adquirir una edición especial por 9,95:

http://www.dvdgo.com

Marcos Callau dijo...

Pues muchas gracias Pepe. Así da gusto.

Maggie dijo...

No se si me gustan más tus relatos o tus versos... Si tuviese que elegir... no podría.

Ambos me hacen recordar sucesos ... tan familiares (lo siento, me ha dao por poner puntitos, jeje)y tan agradables que no sería capaz de deshechar ninguno.

Me encantan tus musas, consérvalas siempre.

Un abrazo Franky.

Arvikis dijo...

Marcos creo que ya tienes un relato en puertas, del que nos has adelantado el título. "EL TURNO NOCTURNO Y TACITURNO". Solo tienes que completar el texto y seguros seremos fieles lectores de tu flamante relato. Buen servicio.
Un abrazo
Javier

Marcos Callau dijo...

Muchas gracias Maggie. Espero conservarlas, yo les doy trabajo día y noche para que se queden conmigo. Un abrazo.

Me ha parecido gracioso expresarlo de ese modo pero sí que daría para un buen relato Javier. Ahora vuelvo del turno nocturno, ya ves ¡qué horitas!. Un abrazo.

Manuel Márquez dijo...

Ánimo, compa Marcos, y que lo del turno se te haga lo más llevadero posible; el relato, por cierto, está muy bien: breve y resolutivo... Y Knopfler, todo un monstruo con la guitarra, desde luego que sí, aunque he de confesar que, últimamente, no le sigo mucho la pista.

Un fuerte abrazo y buen día.

Anónimo dijo...

Buena historia, la realidad superada por sí misma. Quizá te sirva como embrión de algo más largo...
Abrazos.

Unknown dijo...

Hola, soy un anonimo al que le han dado el enlace de este blog, y reconozco que me ha encantado esta historia, supongo que es de esas historias que todos queremos vivir y en algún momento de nuestras vidas incluso la soñamos. Saludos

Elvira dijo...

¡Qué historia tan bonita y tan romántica, Marcos! Y con una preciosa canción. Me encanta ese disco. Enhorabuena y besos

Anónimo dijo...

Historias como esta que cuentas hacen que uno siga confiando en que la vida se equivoque y te toque con su varita mágica.

¿Sabes?, hace apenas unos días intenté hacerle una foto a una chica en ese mismo Café Gijón, ella no se dejó. Pero lo importante como comprenderás ni era la foto ni el café ;)

Un abrazo.

roberto dijo...

Buena entrada. Buena historia, buena música... así da gusto.
Un abrazo.

Marcos Callau dijo...

Hola compa Manuel. EL turno fue levadero, lo que no fue llevadero fue dormir de día y eso que ya debería estar acostumbrado. Gracias por lo del relato. Mark Knopfler ha publicado últimamente cuatro buenos discos que son "Shangri-La", "All the roadrunning", "Kill to get Crimson" y "Get lucky". El mejor, "Shangri-La". Un abrazo.

Muchas gracias Alfredo. Podría servir para algo más largo pero las historias largas todavía son una hazaña para mí.

Manumkds, bienvenido y espero que vengas para quedarte. Me alegro de que te hayan recomendado este enlace y que tu primera visita sea satisfactoria. Yo la he soñado muchas veces.

Gracias Elvira. La pena es que en el disco no la canta Tom Jones pero el que la canta la interpreta muy bien, no lo hace peor que Jones. Creo que es la mejor canción de ese disco.

Ojalá Bogart la vida se siga equivocando de vez en cuando. Muy buena tu historia del Café Gijón, me ha hecho reír mucho el final; te puede servir para escribir un relato aunque conociéndote probablemente lo hayas escrito ya. ¿Qué tendrá el Café Gijón?. Un abrazo.

Da gusto con cmentarios como los tuyos Roberto. Muchas gracias. Un placer.

David dijo...

Me ha gustado mucho este relato. Tierno y emotivo. El tema está bien, pero fíjate que pienso que tu relato me llega más. ¿es real lo que cuentas o es ficción?
Un saludo

Bruja Truca dijo...

Maravilloso relato Marcos, seguro que más de uno, o yo al menos, nos hemos acordado de alguna situación en la que un músico callejero nos ha hecho más especial una noche cualquiera. Yo he recordado varias, pero no tuve el valor de invitarlos a un café.
Suerte con tus turnos en el trabajo. Seguro que las noches serán fructíferas en inspiración.
Un saludo.

Angel "Verbal" Kint dijo...

Buen relato...aunque a mi lo que me ha tocado de verdad es la mención a Knopfler, me encanta su etapa Dire Straits (por cierto el 11 de este mes sale en dvd y blue ray el concierto "Alchemy") y su etapa en solitario. La canción que pones es de "The Notting (o notthing) Hillbilies), un grupo que Knopfler fundó y que lamentablemente solo grabó un disco y no giraron demasiado, pero es un disco increible, precioso...yo lo compré en cassette y luego lo conseguí en cd...y va en mi ipod siempre porque de vez en cuando apetece escucharlo y disfrutarlo

Marcos Callau dijo...

Muchísimas gracias, David. Haces bien en preguntarlo. Lo que quiero con el relato es dejar esa duda y que cada lector piense lo quiera. Algo de rela hay en el texto pero hasta dónde llega la relaidad y dónde empieza la ficción es una línea demasiado delgada. La tarde del Café Gijón existió. El Manhattan estaba tremendamente bueno.

Gracias Bruja. Algo tienen esos músicos ambulantes que siempre consiguen llegarnos al alma con alguna melodía entrañable.

Gracias Ángel, me gusta tu comentario de Knopfler. "Missing" es uno de mis discos favoritos pero fue una pena que grabaran sólo uno estos Notting Hillbillies. Yo también lo llevaría siempre en el ipod. Por cierto, lo de Alchemy es una gran noticia. Yo hasta ahora lo tenía en una copia de DVD de estas que se sacan de video y son bastante piratas. Ahora en DVD (o blue-ray) puede ser una delicia. Un abrazo.

Kinezoe dijo...

Tienes mucho talento, amigo, como contador de historias. Esta ha sido muy emocionante y con un gran final. Que te sea llevadero el turno de noche.

Por cierto, el tema musical que elegiste, una preciosidad. De ese mismo disco también me encanta el "Will you miss me", entre otros.

Un abrazo, Marcos.

Marcos Callau dijo...

Muchas gracias, amigo. Ese disco de Knopfler (o de los Notting Hillbillies, mejor dicho) es una auténtica delicia. Recuerdo la "Will you miss me" como un country irresistible. Un abrazo, amigo.

Pilar dijo...

preciosa historia y con final feliz, que no es poco.
Suerte con el cambio de turno.

Vivian dijo...

Una preciosa historia, me encanta tu manera de “contar”, vivido o imaginado, tan real a ojos de quien te lee…

La banda sonora que elegiste para la historia, genial.

Mucho ánimo para ese cambio de turno.

Saludos

Amaya dijo...

Me ha encantado releer tu historia o, la historia de este músico. Muy recomendable su lectura.
Que tengas buena semana...

Anónimo dijo...

Ole, ole, ole! El relato y el "peaso frase": la mujer que guardaba sus sueños en el fondo de una mirada. Wow!

Felicidades Marcos; cuando vuelvas al Café Gijón avísame y nos tomamos un Dry Martini; con un poco de suerte me presentas a tu amigo el músico :-)

Marcos Callau dijo...

Eso del final feliz, Pilar, no es nada corriente en una historia que haya salido de esta mente calenturienta pero por una vez hay que permitirse estas satisfacciones. Muchas gracias.

Muchas gracias Vivian. Supongo que lo del Café Gijón te habrá gustado leerlo. Animado estoy.

La historia del músico podría ser la historia de cualquiera que tuviera algo de suerte. Lo que no se sabe es las canciones que compuso en el futuro.

Olé Reina, me ha gustado mucho eso... Gracias por destacar mi frase preferida del relato. Lo de tomarse un Dry Martini en el Café Gijón es más factible que quedar con el músico. Besos.

El Doctor dijo...

Sinceramente maravilloso,con una escritura soculenta y poética.Cada vez que voy a Madrid me suelo pasar obligatoriamente por el café Gijón. Cuando conoces su historia saboreas mejor el café.Se publicó hace pocos años un libro maravilloso de su historia contada por los contertulios de antaño.Maravilloso.Por cierto,para beber un buen Dry Martini nada mejor que Chicote,que está muy cerquita del Gijón en la Gran Vía,al otro lado de Recoletos.

Un fuerte abrazo.

Marcos Callau dijo...

Hola Francisco. Yo siempre visito el Gijón pero ahora me acabas de abrir el apetito con el Chicote. Debo de visitarlo en mi próximo viaje a Madrid, sin duda. Muchas gracias por el los adjetivos "poética y suculenta" hacia la escritura. Estos comentarios le dan a uno ganas de seguri escribiendo toda la vida. Aunque, supongo que compartirás conmigo la opinión, de que a veces escribimos más por necesidad de hacerlo. Un abrazo, amigo.