jueves, 13 de mayo de 2010
¿Final feliz?
Al hilo de la última entrada...
El amante retro
“El amante retro”, así me llamaba
Todo por escuchar música de jazz
Todo por escribir cuánto la amaba
“El amante retro” era todo un as
Si alguna vez a salir la invitaba
a una terraza, en la plaza Sas
inventaba versos mientras miraba
sus ojos marrones de azúcar glass
Pero “el amante retro”, enamorado,
pasó de hombre curioso a jurásico
pasó de elegante a ser trasnochado
Y así, sin aviso, fue abandonado
Todo por confiar en lo mágico
de los finales del cine clásico
El mejor poema que hoy te puedo escribir
Daría lo que fuera por poder
verte dormir en esta noche oscura
Por poder darte un beso, sin querer
casi sin rozar tu eterna figura
Lo daría todo por poder ser
la luna que te acaricia y perdura
en tus pestañas, sin dejarse ver
sin poder besarte... Esa es mi tortura
y que cuando acabes ya de soñar
y tus ojos pongan sol en el cielo
se derrita el hielo y veas el mar
Deseo que en él halles el consuelo
que a buen puerto arribe tu navegar
y que nunca te falte a quién amar
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21 comentarios:
Me gusta mucho la rima de "el hombre retro" y, con el segundo... el mejor soneto que pueda leer la amada.
Me gustan los sonetos, tú lo sabes. Estos que hoy publicas demuestran tu enorme sensibilidad y saber hacer usando la métrica que tantas veses nos limita a los que intentamos fundir nuestros pensamientos en catorce versos de palabras medidas, con música y armonía propias. Un abrazo,poeta.
De dos en dos, muy buenos.
Con un par...
Magnífico el primer poema, creo que con música de tango o chotis quedaría genial.
Pero creo que ese trasnochamiento de jazz al final es más productivo que los chimpunes modernistas, es cuestión de que terminen cayendo del guindo....
Y es cierto que a veces es imposible no pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor, porque a la vista está que lo fueron.
Un abrazo.
No sé, no me digas por qué pero a mí el primer poema me ha recordado a la canción aquella de Roberto Carlos de "Yo soy de esos amantes a la antigua". El segundo me ha gustado más, tiene más fuerza y pasión.
Un saludo.
Muchas gracias Amaya. Es complicado rimar jazz en castellano y me he sacado de la manga el azúcar glass... en fin...
Muchas gracias Fernando. Complicado eso de aglutinar los sentimientos y todo lo que queremos decir en catorce versos, por eso a veces echo mano del isabelino wque nos ofrece dos versos más. En cualquier caso, un hono rrecibir estas palabras de un experto en sonetos.
Con un par de... sonetos. A partir de ahora diré eso de "manda sonetos" o "estoy hasta los sonetos" jejeje, me has dado buena idea Roberto.
Muy buena frase la del jazz Bogart, me gusta mucho. Prefiero con música de jazz siempre pero hay tangos que me quitan el sentido. Un abrazo amigo.
Ah, David, qué buena esa canción de Roberto Carlos. Me gusta su letra. El primero es más irónico, para hacer reír un poquito. El segundo es más serio. Muchas gracias.
Muy bueno. Ando necesitado de ironías, así que me quedo con el primero.
Los finales felices no existen: existen momentos oportunos en los que dejar la historia, nada más, una elipsis gigantesca que queramos llenar de buenas intenciones.
Un abrazo.
Si a los ojos de ella
"pasó de hombre curioso a jurásico
pasó de elegante a ser trasnochado.."
entonces prefiero que no haya final "feliz", porque no sería realmente feliz, ¿no?
Besos
Gracias Alfredo, pues entonces nos quedamos con la ironía del poema y de la vida misma que tiene mucha. Esos momentos oportunos en los que dejar la historia, entonces, debería ser el único recuerdo que nos quedara... Espero que, al menos, se de una sucesión de momentos oportunos. Un abrazo, amigo.
Pues ciertamente, Elvira, muy bien asimilada la ironía. Lo cierto es que con el primero sólo he querido divertir un poco al personal... jeje
Amigo Marcos,
como ya te he comentado en más de una ocasión, mis conocimientos de poesía son limitados (mucho), pero siempre disfruto con la lectura de lo que en tu página encuentro. Me encanta la última frase "y que nunca te falte a quién amar". Cuánta verdad hay en esas letras.
Un saludo
Muchas gracias Crowley por leer también mis poemas. Como casi siempre hay en ellos alguna pincelada cinematográfica creo que te puedes sentir identificado con algunos versos. Gracias también por destacar esa última frase tan importante. Saludos.
Marcos eres pentagrama y además perfecto. Poeta de vuelos y conciencia, bellos son tus versos como el consuelo de unos pocos. Admirable su trabajo, señor
Néctares
MAdre mía, Néctar...muchas gracias, un honor tus palabras. Yo que nunca he afinado bien una nota (no hablo de música), eso de pentagrama perfecto...¡buf!, me viene algo grande. Un placer ser leído por tí.
El soneto es una de las formas versales más difíciles. Estos tuyos me gustan porque están llenos de imágenes.
Gracias, Juan. Es lo que intento, crear imágenes para el lector. Un abrazo.
Muy Bonito. Pero pasado, presente y futuro solo son realidades cambiantes al observarlas desde un punto de vista. El último verso es la clave.
Javier
Oh! Haces que un amor se envuelva en el celofán de los caramelos de antes: suave pero con un brillo especial.
Puede que con la pequeña ojeada que he dado a tu entrada me recuerde a los amores de las películas de antes y así a aquella luz tan especial de foco dirigido, entrevelado, como los reflejos en el celofán- brillo y sombra-.
¡Muy bonito!
Cuanta tristeza encierran estos versos, cuanto sentimiento que se pierde en el tiempo, entre las horas que pasan y condenan a esos “amores a destiempo”…
Preciosos los versos, conmovedores.
Muchas gracias Javier por ver en ese verso final una clave vital. Así lo creo.
Bienvenida Rosalía y muchas gracias por tus palabras. Los amores de las películas de antes tenían un encanto que no se puede encontrar hoy en día.
Muchas gracias, Vivian, por tus comentarios hacia estos versos. Creo que te han gustado porque tienen una fuerte carga cinéfila.Un abrazo.
Y es que como todo ser retro tiene una parte positiva y otra negativa, buscar un equilibro entre el ayer y el hoy es lo que necesitamos.
Un abrazo
La positiva es seguir creyendo en esos finales del cine clásico, ¿verdad, Alma?. Lo importante, como dijo Arvikis, en el último verso. Gracias Alma.
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