
Hoy vengo hasta este “Sueño eterno” para hablarles de un relato conmovedor que encontré hace unos días por la bloggsfera (término que yo ne he inventado yo y que encontré el otro día por la red, de casualidad). El pasado lunes veintidós de marzo comencé la semana y el día de manera muy agradable por emplear un poco de tiempo en leer el blog elotromundodebogart.blogspot.com Allí encontré un relato del amigo Bogart de esos que cuando los lees inevitablemente te acarician el corazón y te obligan a acariciar los recuerdos, aunque éstos sean sólo sueños. El relato narraba la historia de un hombre que entraba en un bar y se enamoraba casi platónicamente de una chica que calentaba sus manos en el café de otro hombre. El relato concluye de una manera muy graciosa que no voy a desvelar aquí para que lo tengan que leer, pero la parte que más me gustó fue la que he contado y a la que yo le dedico el siguiente texto totalmente ficticio:
“La pasada tarde caminaba hacia la parte antigua de la ciudad, a la zona del viejo Mercado Central, para cubrir un escueto servicio de cuatro horas. Llegué deliberadamente pronto con la sana intención de entrar en un pequeño bar y buscar algo de inspiración para mi blog, bloc trotamundos. No imaginaba que muy pronto iba a encontrar esa inspiración en la mirada y el gesto de una mujer sentada al otro lado del bar.
Habito un Café próximo al Mercado
en la parte antigua de la ciudad
Su nombre, “Aurora”, está contrastado
con su aire trasnochado y vulgar
Al fondo una pareja, sin hablar
se mira intentando salvar el pasado
pero ella tiene que calentar
sus manos en un vaso de café helado
Ella es preciosa, él no está a la altura
Ella en su herida no para de sangrar
Él nunca sufrió los puntos de sutura
Si yo tuviera algo más de soltura
antes de que la viera marchar
le diría que nunca la podré olvidar…
…porque su belleza contrasta con este lugar
Su cercanía, con la lejanía de su compañía
Alfa y Omega en el mismo bar
donde el tiempo al desamor desafía
Si tan sólo ella supiera toda la verdad
quizás su rostro fuera de alegría
si tan sólo ella supiera encontrar
la razón que movió esta poesía.”
This love of mine (Frank Sinatra, 1950)

La primera fotografía corresponde a la pintura de Edward Hopper "Autómata".