
Recuerdo la primera vez que pillé esta película, ya empezada, en un canal regional del que ya no recuerdo el nombre. Me pareció estar viendo una película americana relizada por uno de esos directores europeos históricos, o en todo caso británica, que bebía directamente en la fuente de inspiración hitchcockiana (vaya palabro) intentando rescatar algo de su ambiente, de su angustia y de su estilo narrativo. El protagonista inspector de policía que investiga el caso de un misterioso crimen cometido contra una niña en un bosque suizo escondido y cercano a una carretera no me era para nada conocido pero tenía un aire entre Alan Ladd y Glenn Ford que convencía bastante en el papel. Cuál fue mi sorpresa cuando, al ver esta película por segunda vez, pude ver en los títulos de encabezamiento con alegría que se trataba de una coproducción de los estudios Chamartín con la suiza Praesens y la alemana Filmproduktion. No sé si este dato me permite considerarla una "joya del cine español", pero así lo he considerado hoy. En esa segunda vez también descubrí que la única interpretación española en toda la película corre a cargo de Rosa María Salgado y que al inspector Matthai lo interpretaba tan perfectamente el alemán Heinz Rühmann.

Al verla por segunda vez me pareció emparentar más con "M, el vampiro de Düsseldorf" de Fritz Lang que con Alfred Hitchcock pero la impresión que me causó fue todavía mejor que en la primera vez. La magnífica historia, que me atrapó desde un primer momento, me hizo consultar los orígenes de esta película con pura temática noir. Descubrí que se trataba de una adaptación de la novela de Dürrenmatt titulada "The Pledge" que más tarde volvió a adaptar Sean Penn con Jack Nicholson como protagonista en el año 2001 y que yo todavía no he visto. "El cebo" es una gran película de intriga basada en la investigación de los crímenes pertrechados por un asesino de niñas que suele calmar así su insatisfacciones vitales, una vía de liberación para "sacudirse" de encima la dominación a la que está sometido por su propia esposa en el amargo día a día de su vida. Las primeras sospechas del crimen recaen sobre la figura de un vulgar ladrón que había estado preso seis años por su último robo. El ladrón, interpretado por el suizo Michel Simon, encuentra en el bosque el cuerpo de la niña asesinada y él mismo da la alarma a la Policía.

La investigación toma un rumbo en el que el propio ladrón aparece como presunto culpable y éste, agobiado y atemorizado, acaba suicidándose. Me gustaría destacar el papel de Simon, es uno de los más tristes personajes que he visto. Es muy frustrante ver cómo este vulgar ladrón es testigo de cómo se acerca su injusta condena. El director húngaro Ladislao Vajda, autor de obras como "Mi tío Jacinto" o la magnífica "Un ángel pasó por Brooklyn", nos dirige con mano diestra por un denso ambiente de intriga que mantiene en vilo al espectador hasta la última escena. En el momento en que el comisario decide arrendar una gasolinera para investigar las matrículas de todos los coches que pasan por allí es uno de los que más me gustan de toda la película. Absolutamente genial y recomendable historia.
Pueden leer un texto dedicado a esta película escrito por Raúl Ariza, autor de
"Elefantiasis", pinchando
aquí.
Otra reseña escrita por Pepe Cahiers
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