A una mesa vacía
“Los fantasmas
de todos los amores que han muerto
ocupan las sillas y las mesas
que resisten vacías en un bar
Cenizas rebosando las palabras
colillas por el suelo
y un cerco o rastro de cafeína
que no pudo evitar
a una nueva pareja volver a soñar…
…lo malo es que soñaron despiertos…
y hoy, dos cuerpos
se vuelven a unir
en esa mesa ayer vacía
Los fantasmas han huido
por un sumidero de noches y besos
y desde el anfiteatro
espectrales contemplan
otra historia nacida para condenar.”
Hay muchas formas de vivir el otoño. También contemplando los vagones fantasmas de la "Estación olvidada" pinchando aquí
o escuchando esta maravilla:
o escuchando esta maravilla:
Hola, Marcos. Precioso poema y triste a la vez. Yo creo que casi todos hemos ocupado una de esas mesas en alguna cafetería perdida en el recuerdo y, pasado el tiempo cuando hemos pasado cerca de ese lugar que fue testigo de caricias y confidencias, hemos mirado de reojo esa mesa...
ResponderEliminarUn beso
Me ha gustado muchísimo este poema, amigo Marcos, se merecería una música de canción francesa para fijar definitivamnete su romanticcmo. Veo que eres en el fondo eso, un romántico. Te felicito. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEs un triste poema pero lleno de realismo.
ResponderEliminarQuién no ha ocupado una mesa en una cafetería y dejado allí sus recuerdos, sus sueños, sus pensamientos??
Y ya para que te voy a hablar de la canción de Sinatra...preciosa
Besos Marcos
Hola Marcos:
ResponderEliminarQue bien empezar la mañana leyéndote. Me ha encantado el poema, sobre todo, porque en esa mesa podríamos haber estado cualquiera, recordando un tiempo pasado al que ya no nos es posible volver.
Un abrazo
Futuros fantasmas, of course...
ResponderEliminarEspléndido.
Abrazos.
Todos somos fantasmas de una u otra forma.
ResponderEliminarBien, Marcos.
Javier
En la península, el Otoño, os pone a todos vosotros un poco "Blue". Aquí en las islas no sufrimos ese efecto. Tenemos una suerte de antídoto muy efectivo....pero sí, eso que transmites en tu poema y la canción de Sinatra, se agarra, de vez en cuando al corazón.
ResponderEliminarUn abrazote.
Gracias Myra. Es muy inspirador unn bar solitario, lleno de mesas vacías. Besos.
ResponderEliminarSe intenta, Fernando, se intenta. No hubiera venido mal un "Les feuilees mortes" para acompañar. La canción que quería poner era "Empty tables" de Frank Sinatra, pero no estaba disponible en la red. Un fuerte abrazo.
Sí, para variar, es triste Princesa jejeje. Bueno llamémosle mejor otoñal. Sé que la canción de Sinatra ya la comentaste en el otro blog, gracias entonces por partida doble. Besos.
Todos estais invitados a esa mesa ase rompa la soledad y en consecuencia la inspiración. Un abrazo Silvia y gracias por volver.
Muchas gracias Alfredo, of course.
Sí, Javier, en cierto modo hay mucho fantasma en el mundo jejeje. Un abrazo y gracias por venir a leer.
Creo que es por la temperatura, Antonio. Aquí, sin embargo, el día está lluvioso, frío y desapacible. Es para estar blue. Un abrazote y mil gracias isleño.
Pasas demasiado tiempo en los cafés...
ResponderEliminar¿Verdad?. No, pero me gusta escribir sobre ellos...jeje.
ResponderEliminarNo hay nada más desolador que una mesa de café vacia, pero esa soledad siempre puede ser redimida con el deseo de otras de ocuparla y vivir.
ResponderEliminarPues es verdad Alma, de otra manera estaríamos perdidos. Después de todo, somos sillas vacías que esperan ser ocupadas. Un abrazo.
ResponderEliminarNo hay nada más evocador de recuerdos que un poema y una mesa esperando a dos amigos-amantes y un café..alrededor de eso siempre hay una historia. Citas con final feliz y rupturas...como bien dice Myra todos hemos vivido alguno de esos momentos y mirado con nostalgia através de los cristales. Sinatra siempre es una buena elección musical.
ResponderEliminar¡ Gracias por el poema y el recuerdo ! Tenemos alma de blues..
Un beso :-))
Si esa fotografía no es de Stephen Shore, debe de ser tuya, enhorabuena por ella.
ResponderEliminarTremendo ese Sinatra ya encogido y humeante.
si a veces no hay nada más evocador que un café y el mes de noviembre, otra vez diana Marcos, certeras pinceladas, difícil no sentirse fantasma, condenado o soñador, mejor nos quedamos con los sueños
ResponderEliminarHola Abril, muy bueno lo del Alma de Blues...¡qué gran canción de la Sole!. Me ha gustado mucho lo de amigos-amantes. Los cafés son museos de historias despedazadas y cunas para otras nuevas que nacen. Muchas gracias Abril.
ResponderEliminarHola Larraz. La fotografía es de mi novia, Amaya, en el Café Levante. Puedes ver su blog en el enlace que he puesto en la entrada, a los vagones-fantasma de Canfranc o directamente en memoriasdeunafotografa.blogspot.com
Hola Arqui, me gusta haber dado en la diana con noviembre. Realmente es un mes frío y desolador, mitad otoño y mitad intuído ya el invierno. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo.
Me sirve una mesa. Pero también me serviría cualquier otro espacio, antes ocupado, y ahora vacío, para evocar todas las posibilidades de un futuro imperfecto.
ResponderEliminarSaludos, Marcos.
Pues sí... un parque, la barra de un bar, una casa en venta... tienes razón, ¡saludos!.
ResponderEliminarPermiteme Marcos que me quede sentado en esa mesa vacía con un verbo "Volver".
ResponderEliminarUn abrazo.
Permitido. Volver es la mejor solución. Un abrazo.
ResponderEliminarMuy bonito. De verdad. Un saludo amigo.
ResponderEliminarMillones de gracias Manchas. A uno le hace mucha ilusión recibir comentarios en entradas antiguas.
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