sábado, 4 de diciembre de 2010

Retazos de una golondrina


"Esta mañana de verano, desacostumbradamente fresca
he decidido detener el reloj, viajar al pasado
aclarar dudas, saldar deudas
Esta mañana fría de verano recuerdo otras mañanas
en las que fui un niño, perdido en el azul del cielo
Recuerdo mi infancia, asomado al balcón de los sueños
Cómo empleaba las horas mirando al infinito
consciente de no poderlo alcanzar, sin embargo,
soñaba con volar
Cuando era niño fijaba la vista
en pequeños aviones cubiertos de plumas negras y azules
que surcaban fugaces los cielos
Me quedaba en ellos e imaginaba poderlos acompañar
Hoy ya no soy un niño y ya no tengo imaginación

Quizá lo que me hubiera gustado es ser como ellas
Quizá, después de todo, sea un poco como ellas
Las golondrinas vienen y van
pero sabes que se marchan para regresar
Regresan siempre, como si tuvieran algo pendiente
como si hubiera algo en el pasado
o un punto prefijado
al que poder acudir, cuando todo va mal
Yo, a mi manera, despliego mis alas negras
y sobrevuelo los campos grises de esta ciudad
para intentar dejarlo todo atrás
y conquistar al fin el mar azul
Pero, cuando llego al final del trayecto, siempre regreso
a alguna piedra del camino
donde resiste mi identidad

Después de todo, aunque no retengan nombres
es de recuerdos de lo que viven las golondrinas de ciudad
y es entonces cuando comprendo
que, muy a mi pesar,
también de retazos está confeccionado este corazón
que escribe versos nacidos
donde brotaron aquellos poemas
escritos sin palabras
y aquellas canciones
que no se pueden recitar".

 Por algún motivo que desconozco siempre me han llamado la atención estas aves, desde que era muy pequeño y mi abuela me recitaba los conocidos versos de Bécquer. Cuando era niño me maravillaba la rapidez con la que volaban y creía imposibles verlas quietas. En efecto es difícil captarlas en reposo pero el fotógrafo José María Sorando lo captó a la perfección con su cámara. Una mustra en su blog.

29 comentarios:

  1. Volver, regresar. Cuando se tienen raíces, se luxcha iempre para regresar. La fidelidad de las golondrinas también existe en los hombres. Todos regresamos sin querer a nuestra niñez, a nuestra juventud, a nuestro pueblo. La única cosa que conseguimos recuperar, y en contadas ocasiones, es nuestro pueblo, nuestra raíz familiar. Está muy bien escrita esta poesía, me gusta. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Quizá sea por eso que estas aves nos inspiran tantas cosas y nos resultan siempre familiares. Volver a las raíces es algo que hacemos 'por costumbre'. Muchas racias por tus amables palabras, Fernando. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  3. He sentido esa mañana tuya de verano.
    He viajado al pasado y he visto volar tus golondrinas.
    Me he asomado al balcón de tus sueños.
    No, no eres ya un niño pero sí tienes imaginación y talento para plasmar tus recuerdos.
    Precioso poema Marcos, lleno de ternura, nostalgia y sensibilidad.

    Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  4. Veo que te gusta el cine tanto como la poesía, Marcos. Te felicito por tu buen gusto. Un saludo

    ResponderEliminar
  5. Me sieto honrado por tus palabras, Javier. Gracias por asomarte a ese balcón. Sigamos con la imaginación que, a veces, es lo único que nos queda. Un abrazo.

    Hola Juanjo. Creo que junto a la música son las dos cosas que más frecuentemente se pueden encontrar en este blog. El cine me ha acompañado toda la vida, al igual que la música pero la poesía es algo que he conocido tan solo hace unos cinco años. Muchas gracias por pasar a leer Juanjo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Bueno, amigo Marcos, en estos días de frio invernal, nos ha cambiado usted los copos de nieve por golondrinas. No hay nada mejor para sacudirse el frio que una buena sugestión poética.

    ResponderEliminar
  7. Jeje, espero que nieve pero que no sean golondrinas. Ciertamente escribí este poema en una mañana veraniega pero, no sé por qué razón, lo he publicado hoy. Visitando el blog de José María he podido observar bonitas instantáneas de estas aves y he recordado el poema. Un abrazo y mil gracias por pasar Sr. Cahiers.

    ResponderEliminar
  8. Ese volar de las golondrinas me ha emocionado.
    Yo también las observaba y me gustaba verlas todas juntas volar, buscando ese cielo para regresar.
    Creo que todos cuando éramos niños soñábamos con volar, surcar mundos lejanos.
    Bonitas palabras Marcos.

    Mil besos y sonrisas

    ResponderEliminar
  9. Bonito también, muy bonito y emotivo tu comentario. me alegra haberte recordado esos monetos. Besos, Princesa.

    ResponderEliminar
  10. Creo que es uno de los poemas que has escrito que más me ha gustado (y sabes que a mí la poesía, así que más mérito). La única frase con la que no estoy de acuerdo, porque asocio el poema contigo es esa de "Hoy ya no soy un niño y ya no tengo imaginación" Tendrás otro tipo de imaginación...pero sigues teniéndola.
    Nostálgico y evocador, Marcos. Bonito.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  11. Cómo nos haces volar, Marcos...
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  12. Pues sí, sí que tiene mérito David. Agradezco un montón tus palabras y ese capote que me has echado con lo de la "imaginación"... Un abrazo David.

    Ahí, ahí..."Come fly with me", Roberto. Si es que lo mío es volar...jeje Un abrazo.

    ResponderEliminar
  13. Hola, Marcos. Una preciosidad de poema, lleno de nostálgicos recuerdos. En tus recuerdos de infancia, quise ver también un poco los míos. Me gustaba ver los nidos que hacían las golondrinas. Los observaba desde la ventana de la casa de mi abuela en un pueblo de calles estrechas y frescas. Recuerdo que me maravillaba ver su vuelo casi a ras del suelo.

    Un beso

    ResponderEliminar
  14. Gracias Myr por compartir esos recuerdos de infancia con los míos. Ese pueblecito donde pasabas momentos de infancia debía ser muy bonito por tus palabras. Besos y mil gracias.

    ResponderEliminar
  15. Nos pasamos la vida regresando... mientras creemos que avanzamos.
    Me gustaron tus golondrinas y tus versos, Marcos.
    Fue un placer pasar por aquí.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  16. Muchas gracias Laura, un placer el mío por verte aquí. Muy bueno, "pasarse la vida regresando". Un abrazo.

    ResponderEliminar
  17. Buen post Marcos, me gusta como escribes, siempre es un placer
    pasar a leerte.
    que tengas una feliz semana.
    un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Muy bonito. Las golondrinas nos han acompañado tanto, y nos han sugerido tanto. Disfruta si puedes estos días de fiesta con tus golondrinas zaragozanas. Las fotos deliciosas. Enhorabuena a José María. Me paso por su blog. Un abrazo
    Javier

    ResponderEliminar
  19. Vamos y venimos sin saber muy bien adonde ir, como las golondrinas. Me gustó mucho la analogía. Unos versos muy nostálgicos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  20. Muy buena entrada, Marcos: nostálgica y muy tierna.

    Besos

    ResponderEliminar
  21. Muchas gracias Ricardo, es un placer verte por aquí. Feliz semana también para ti. Abrazos.

    Hola Javier, pocos son los días libres pero se hará lo que se pueda. De momento el puente se lo dejo a otros. En el blog de Jose Mª siempre encontramos aspectos de Zaragoza que a simple vista nunca se ven. Un abrazo.

    Gracias Kine... De momento, lo importante, es tener una señal a la que volver cuando todo va mal. Un abrazo.

    Gracias por venir Reina, un placer tenerte por aquí. Besos golondrinos.

    ResponderEliminar
  22. desde la infancia ya deseamos volar no precisamente con alas volar como otros noños que vemos que no hacen lo que nosotros ya nos gusta volar a ser actrices o ellos medicos o pilotos de aviación...ecet...volar siempre y para acabar volando ...si es que hay ese cielo...esperemos que si y que alli encontraremos de nuevo nuestro arbol...
    un abrazo
    Marina

    ResponderEliminar
  23. ¿Qué tendrán esos días de verano, esa luz, que nos hace recordar las golondrinas de nuestra infancia?.

    ResponderEliminar
  24. Gracias Marina por esa explicación para nunca dejar de volar. Un placer verte por aquí. Un abrazo.

    No sé qué tendrán, Alma, y no sé por qué se recuerdan cuando el frío del inviwerno ya está aquí. Besos.

    ResponderEliminar
  25. Muy emotivo a estas alturas.Me parece que eres una especia de Juan Salvador Gaviota,que quería volar más alto.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  26. A ver si tanto querer volar me voy a pegar un tozolón...jejeje. De momento, en el subsuelo se vive bien. "Virgencita que me quede como estoy..." decía mi abuela jejeje. Gracias Paco.

    ResponderEliminar
  27. ¿Qué ya no es un niño? ¿Qué no tiene imaginación? Cómo podría decir eso, con unos recuerdos tan claros vividos… se ha sentido y sabido niño, recordando esos aviones emplumados.

    Un corazón de retazos, de despojos de recuerdos. Precioso, como siempre, me encanta…. Y como siempre, llego tarde, pero llego, vengo para escucharte recitar.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  28. ¡Qué maravilla! Me ha parecido precioso.

    Y si realmente has perdido la imaginación, cosa que dudo, debes ponerte inmediatamente a buscar a tu niño y no dejarlo nunca marchar.

    Las fotos muy acertadas, son estupendas, en especial la última.

    Un beso.

    Ana

    ResponderEliminar
  29. Nunca llegas tarde, Crónicas. Muchas gracias por tus palabras, aunque creo que inmerecidas pero, vamos, muchas gracias que me ayudan mucho. Un fuerte abrazo.

    Hola Ana. Tomo tu consejo y agradezco enormemente tus amabilísimas palabras. Besos.

    ResponderEliminar